El diamante
de Amberes
Desde la muerte repentina y triste de Zaha
Hadid en marzo de 2016, el estudio que lleva su nombre no ha parado de terminar
la enorme lista de obras pendientes diseñadas por la prolífica y pionera
arquitecta que, según se cuenta en el mundillo arquitectónico, tiene trabajo al
menos para 20 años más.
La última es quizás una de sus creaciones más
llamativas, la Port House de Amberes en Bélgica, que no es que destaque
especialmente entre sus creaciones, pero que admiro por su valentía y
rotundidad, no solo la de la arquitecta que lo diseñó sino la de las
autoridades portuarias que tomaron la decisión de dejar en manos de Zaha la creación
de su nueva sede.
En qué momento una ciudad decide tomar una
decisión tan arriesgada y cómo suceden estas cosas es algo mágico que solo ocurre
en determinados momentos históricos, cuando coinciden determinadas
personalidades espléndidas e interesantes a ambos lados de la mesa. Y es así como el segundo mayor puerto de
Europa después de Rotterdam ha dibujado una nueva historia en el horizonte de Amberes. La ciudad, centro de comercio
mundial y pionera en la industria del diamante,
tiene ahora una nueva y centelleante gema de la que disfrutar y presumir.
Sólo había una norma establecida en el
concurso de ideas que se convocó al efecto, a saber, que el edificio original (una
antigua estación de bomberos) tenía que ser preservado, que no es poco. Imagino
que una comisión de patrimonio histórico de la ciudad puso esa condición sin
tener ni idea de que era posible conseguir algo como lo que Zaha ha conseguido,
que es poner Amberes en el mapa y que su nueva sede del puerto de la vuelta al
mundo en pocos días y esté publicada en cientos de medios de comunicación. No
sé si Marc Van Peel, presidente del Puerto de Amberes, pretendía este efecto
pero es lo que ha pasado.
No había otros requisitos impuestos para el
posicionamiento del nuevo edificio. El jurado fue valiente, aunque supongo que
también se mostró sorprendido al ver un diseño de formas tan contundentes. Fueron
cinco los equipos de arquitectura preseleccionados en aquel concurso de ideas,
todos optaron por una estructura moderna por encima del edificio original pero
el diseño de Zaha Hadid fue el más brillante.
No hace falta decir, pues no hay más que
verla, que la nueva Port House es atrevidamente experimental, una de esas obras de arquitectura de la que te
enamoras perdidamente o la odias vehementemente, sin que sean factibles medias
tintas, pues ser indiferente a un edificio que parece una nave espacial
gigante, o la representación de un meteorito, o algún tipo de cangrejo
futurista, no sé, o un diamante que se ha posado de repente sobre la tierra
venido de otro planeta, es imposible.
Me encanta la estructura cuando es de noche,
iluminada usando el vidrio triangular alternativamente, transparente y opaca,
con esas facetas que crea, como dicen desde el estudio de Zaha, ZHA "ondas
como olas y refleja los tonos y colores (azules, naranjas, rosas) tan cambiantes,
del cielo de la ciudad".
"Al igual que la proa de un barco, la
nueva extensión apunta hacia el Escalda, conectando el edificio con el río en
el que se fundó Amberes” dicen en el estudio de la arquitecta, lo que refleja
una larga reflexión sobre el lugar, y es que, aunque parezca una nave espacial
que de repente se ha posado sobre la tierra, hay detrás una sólida
investigación histórica tanto del sitio como del edificio preexistente.
El patio central del antiguo parque de
bomberos es ahora el área de recepción principal para la nueva sede del Puerto
de Amberes. A partir de ahí, los visitantes pueden acceder a una sala de
lectura y una biblioteca pública que ha sido restaurada en el salón de camiones
de bomberos del histórico edificio, o acceder a la nueva extensión con su
diáfana y luminosa zona de oficinas, restaurante, salas de reuniones y
auditorio.
El estilo arquitectónico del edificio
original nos recuerda el esplendoroso siglo XVI, que es considerado el Siglo de
Oro de Amberes, y ahora el edificio de Zaha parece inaugurar otra etapa dorada
y brillante de la ciudad. Felicidades Amberes, por esa valentía sobresaliente.
Dulce Xerach Pérez
Octubre de 2016.
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