Aarhus, que es la segunda ciudad
más grande de Dinamarca con 240 mil habitantes, está experimentando una
considerable remodelación especialmente en torno a su puerto. Aarhus se encuentra en
la bahía del río Aarhus, en el este de Jutlandia y al noroeste de Copenhague. Y justo en el Puerto de Aarhus, que es el principal puerto de Dinamarca y está considerado como el más eficiente de Europa, desde donde se exportan e importan
mercancías hacia todo el Mar Báltico, es donde se encuentra situada la torre
mirador objeto de nuestro artículo de hoy. Es
sugerente y atractiva. El diseño se debe a Dorte Mandrup Arkitekter, y fue un
regalo a la ciudad de uno de sus bancos, el Salling, de ahí su nombre.
La torre mirador Salling tiene
una sutil figura que recuerda a las formas de las velas de los barcos o también
al origami, como señala la arquitecta, y
no es solo un mirador, sino la nueva escultura urbana de Aarhus. Un pequeño
monumento a la ciudad marítima donde ella, Dorte Mandrup, nació. Está
construida en acero pintado de blanco y brilla dando identidad a la zona
portuaria, reflejando el centelleo de las aguas y jugando a ser un luminoso
punto de referencia y encuentro en esta nueva parte de la ciudad.
Es una plataforma de observación
de apenas 7,5 metros de altura por encima del mar pero invita a subir
lentamente. El visitante sube por unas expresivas escaleras blancas hasta
quedarse literalmente flotando sobre la superficie reflectante del agua del
puerto. Se puede uno asomar a una de sus aberturas circulares o continuar hacia arriba a través de una
escalera amplia que ofrece excelentes vistas panorámicas del puerto y la bahía
y donde te puedes sentar a contemplar el atardecer. El viaje culmina en una
plataforma con visión de 360 grados por encima de las copas de los árboles
desde donde se observa toda la ciudad.
La estructura está hecha de planchas
de acero soldadas, producidas como un barco, en un astillero, y desembarcadas
en el sitio. Pesa alrededor de 85 toneladas. Se distingue de los alrededores
con su expresión de la geometría plegada. A pesar de la personalidad singular,
la torre contribuye al puerto comercial histórico de Aarhus, haciendo
referencia al entorno náutico y marinero. Los agujeros circulares de la placa
de acero, pintados de blanco, favorecen
la sensación de estar en el mar pero no fueron diseñados solo para generar esa evocación
sino por una razón funcional, pues reducen la carga del viento y promueven la
reducción de uso de material, lo cual se considera sostenible. La torre Salling
es también accesible para todos. Un ascensor instalado casi invisiblemente
proporciona una experiencia igual de estimulante para personas con movilidad
reducida. Por la noche, luces LED iluminan la torre desde el interior,
recordando los mástiles de los buques de carga y siendo medioambientalmente
responsable.
Poco a poco, desde su
inauguración en 2015 se ha ido convirtiendo en un punto focal social donde los habitantes
y el público en general puede ver el crecimiento del nuevo distrito de la
ciudad. Es curioso constatar como con tan poco se puede conseguir tanto.
Dulce Xerach
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