Estuve en Berlín antes de caer el muro y luego tres años después. El cambio fue sorprendente. La segunda vez que fui Fernando y yo quisimos experimentar el Este de la ciudad. Había pasado demasiado poco tiempo como para que no se notara, aún olía a Este en algunos lugares, pero ya empezaba a respirarse una libertad total en calles como Friedrichstrasse o la calle Oranienburgerstrasse, llenas de street art.
Otra cosa que recuerdo son los lugares de música alternativos como el Bunker o el Tresor, algunos de ellos siguen en pie y continúan con ese aire subversivo de los primeros 90.
1 comentario:
A ver si caen otros muros invisibles pero que están ahí.
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