La vanguardia del siglo XXI destaca la lentitud como principio de casi todo lo bueno ( slow food, wellness, tranquilidad, austeridad...).
Después de la crisis...lo primero ha vuelto a ser proteger, conservar, pensar con calma... A diferencia del elogio de la velocidad que invocó el comienzo del siglo XX, y que nos acompañó hasta el gran choque que supuso el comienzo de esta crisis económica, Kundera dice:
“Nuestra época se abandona al demonio de la velocidad, y por este motivo se olvida tan fácilmente de sí misma. Pero yo prefiero darle la vuelta a esta afirmación: nuestra época está obsesionada por el deseo de olvidar, y para realizar tal deseo se abandona al demonio de la velocidad; si acelera el paso es porque quiere hacernos entender que ahora ya no aspira a ser recordada, que está cansada de sí misma, disgustada consigo misma; que quiere apagar la trémula llama de la memoria”.
Lo austero y equilibrado cobra de nuevo prestigio. Lo mesurado gana sobre el desafuero. Y cuando en medio de esta terrible crisis nos preguntamos si ¿ realmente otro mundo es posible? Resulta que a lo mejor, cuando menos se esperaba y por donde menos se veía venir, resulta que sí, que su luz se ve ya al fondo del camino.
Pero tenemos que intentar extinguir del todo la hoguera de las vanidades, cuyos rescoldos aún siguen rojos e incandescentes, aunque solo deje tras de sí la ceniza de esta crisis porque entonces vendrá una nueva generación, o una generación mezclada de buena gente, a ofrecer más por menos, a cambiar el mundo y transformarlo en el mundo de lo necesario y no del desequilibrio y lo superfluo.
Que tarde más o tarde menos depende de todos nosotros y de cómo actuemos...
6 comentarios:
Si, de pronto las circunstancias, lo no esperado, la crisis, el caos nos lleva, como en todas las guerras, a refugiarnos en la básico lo sencillo, reflexivo . De nuevo el hombre. ¡Que gran oportunidad !
Que bien que has vuelto a escribir. Hablas, y me encanta, de la conciencia ecológica, de la solidaridad, de la delicadeza, y eres optimista. Me alegra tu optimismo. Eso quiere decir que estás bien. Y que aún confías en que algún día se arregle todo lo que nos rodea.
Dulce, gracias por tu texto tan oportuno en este comienzo de año lleno de incertidumbre. Espero que al menos te ayude a culminar tu carrera como política y te ayude a dejarla de manera tan digna como la dejó Adán. Ayer hizo tres mese de su muerte, no lo olvidamos, y veo que tu tampoco porque estas palabras que has escrito lo describen un poco: un hombre austero y equilibrado, que no tuvo culpa de la época de desarrollismo que le tocó vivir y que no pudo frenar a pesar de todo su impulso y todo lo que hizo.
Un abrazo.
Un día de estos me gustaría que escribieras qué piensas de la profesión de ingeniero. Solo he visto un comentario tuyo sobre la fealdad del puente que han hecho a la altura de la Candelaria en la autopista con el que coincido pero ¿No se podría decir algo más sobre la ingeniería y su papel en la sociedad? Siempre hablas de la arquitectura.
Lo siento, pero todas esas palabras bonitas sólo te las crees tú, bueno, y cuatro más. Los de tu clase tienen que hacer más para que les creamos la inmensa mayoría, hacer más y hablar menos.
Un ciudadano canario angustiado y descreído
Sr. Anónimo, lamento que esté desesperado. Puedo comprenderle. Supongo que está en paro. En mi familia tengo a varias personas en esa situación y es como si el círculo se fuera estrechando. Yo misma seguramente estaré en esa situación en el mes de junio, pues dejo la política activa, convencida de que es lo que debo hacer.
Y la verdad es que a estas alturas no dejo de decir lo que pienso: creo que usted hace mal, o yerra al hablar de "Los de tu clase tienen que hacer más para que les creamos la inmensa mayoría, hacer más y hablar menos" porque al menos yo no soy de ninguna clase en particular,y porque estoy convencida de que en política hay políticos buenos y políticos malos. Como en todos lados y no soporto las generalizaciones, así que disculpe que no le anime más.
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