Con motivo de la entrega ayer noche del título de Hijo Ilustre de Tenerife a Julián de Armas comencé a recordar...Cuando llegué al Cabildo en 1995 Julián de Armas era ya el ecónomo del Obispado, y como tal, una de las primeras personas que me advirtió sobre la precariedad de todo el patrimonio histórico de Tenerife, especialmente el patrimonio religioso tan valioso y tan importante para nuestra historia (nos guste o no, que conste que a mi me encanta que lo sea porque la historia de la Iglesia también es parte de la historia de todos nosotros y nuestra cultura y forma de entender el mundo).
Ahí empezó toda nuestra trayectoria juntos, una de las épocas más bonitas de mi vida. Empezamos con una emergencia, la Iglesia de Santa Ursula de Adeje, cuya estructura estaba a punto de reventar. Continuamos con la Iglesia de los Remedios en Buenavista, que justo cuando terminamos de restaurar su torre de piedra se nos quemó y tuvimos que volver a empezar (aunque la torre resistió precisamente por aquella rehabilitación, y también tuvimos la suerte de haber realizado el inventario de todos los bienes muebles de valor histórico que estaban en la iglesia antes del incendio).
Todo era una emergencia, fuimos a ver a Adán y le dijimos: Adán todas las iglesias de la isla están fatal, todos los retablos están a punto de caerse (por supuesto adjuntando miles de documentos técnicos que habíamos ido recabando, pues Adán no era fácil de convencer), hemos calculado que necesitamos unos 1000 millones de pesetas al año durante 10 años para poder poner orden en el patrimonio. Yo pensaba que Adán me iba a mandar directamente a donde ustedes pueden imaginarse, pero se lo demostramos tan bien que Adán, en una de las decisiones más rápidas que recuerdo de él dijo, "bueno, no tenemos 1000 millones pero podemos destinar 700 millones anuales si tenemos un plan ordenador por prioridades y completamente coherente". No me lo podía creer, Julián tampoco, ni el Obispo. Pasamos de destinar 94 millones de pesetas al año a Patrimonio a 800, y hubo años en los que superemos los más de 1000 millones año, al final Adán nos iba dando cuerda porque iba comprobando cuánta razón teníamos y cuán necesitado estaba el patrimonio cultural de la isla...
Cuántos recuerdos. Cuanta angustia. Cuanta felicidad al ver que esa iglesia y otras se iban recuperando: la Iglesia de Santa Ana en Garachico, la ermita de Gracia en La Laguna, la Iglesia de San Pedro de Güimar, la Capilla del Rosario de la Iglesia de Santa Catalina en Tacoronte (nuestro común pueblo natal), luego Nuestra Señora de la Luz en Guía de Isora, la Iglesia de la Luz en Los Silos, la Iglesia de Santiago Apóstol en Los Realejos, el entorno de la Iglesia de San Marcos en Tegueste, la reconstrucción de la iglesia del Hermano Pedro en Vilaflor (y los avatares de su santificación, el Convento de las Catalinas en La Laguna, el Convento de Las Claras también en La Laguna, la torre de la Iglesia de San Antonio de Padua en Granadilla, la Iglesia parroquial de San Miguel, la adecuación de la antigua iglesia de Fasnia, la Iglesia de Arico el Nuevo, la Iglesia del Cristo de Tacoronte, las obras de conservación de la Basílica de Candelaria, la Iglesia de la Concepción de la Orotava, donde comenzó nuestra campaña de aquella época ¿recuerdas Julián? "Si estas piedras hablaran... pedirían socorro", que fue polémica pero efectiva.
Que buenos tiempos (no paro de repetirme a mi misma mientras escribo atropelladamente sobre tantos recuerdos); la Ermita de los Dolores en Icod, la Ermita de San Isidro en Granadilla, la Iglesia de San Antonio de Padua en El Tanque, la Iglesia de San Pedro en Vilaflor, la Ermita de San Sebastián en Santa Cruz, la Iglesia del Dulce Nombre de Jesús en la Guancha, la Ermita de nuestra Señora de la Luz en La Matanza, la Iglesia de San Juan Bautista en San Juan de la Rambla (con sus polémicos pero fabulosos y colaboradores vecinos), la Ermita del Coromoto en La Guancha, la Iglesia de Machado en el Rosario, el entorno y la Ermita de San Roque en Garachico, la casa parroquial de San Miguel, la cruz de San Antonio en Arona, la Ermita de los Angeles en el Sauzal, la Iglesia de la Concepción de Santa Cruz (mi madre la que se organizó con la previa y necesaria excavación arqueológica, casi se nos cae la iglesia, pero todo acabó felizmente), la Iglesia de San Miguel Arcángel en San Miguel, la iglesia Anglicana del Puerto de la Cruz, el Convento de Santo Domingo en el Puerto de la Cruz, la adecuación de la zona de Chinguaro en Güimar, la Iglesia del Escobonal, la Ermita de San Diego en La Laguna que no pudimos terminar, la Iglesia de la Hacienda de La Fuente en Buenavista, la Iglesia de San Agustín también en Buenavista, la Casa de la Siervita en El Sauzal... por no hablar de nuestras colaboraciones en tanto ex conventos, en el intento de salvar (también eso nos salió mal, o no nos dio tiempo) la antigua Iglesia de San Agustín de La Laguna y por no hablar tampoco de los cientos de retablos, lienzos, esculturas, imágenes, tapices, cuadros, etc, etc, etc.
Seguramente se me quedan mil cosas en el tintero, sin duda, esto es solo un fugaz recuerdo de aquellos maravillosos 8 años (del 95 al 2003) que pasamos recorriendo la isla como si fuéramos la UVI del patrimonio histórico, y luego 4 años (del 2003 al 2007) más colaborando desde el Gobierno.
Realmente se lo merece, se merece ser hijo ilustre de la isla de Tenerife y muchas cosas más. Que orgullo haber podido trabajar con él, y que satisfacción tan grande haber podido asistir al acto de ayer en el Cabildo. Es de las pocas personas que realmente tengo miles de motivos para levantarme y aplaudir. Gracias Julián, por tantas y tantas cosas.
4 comentarios:
Hermoso artículo Dulce, y como tu dices, qué era tan espectacular fue aquella. Que bien se trabajaba.
Que bonito el artículo Dulce, me ha emocionado. Hay que ser agradecidos.
Menuda memoria tienes colega
Es de bien nacida ser agradecida.
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