Un grupo de buenos arquitectos y amigos de la arquitectura se ha comenzado a mover para salvar la antigua fábrica de Clesa, en Fuencarral-El Pardo, hoy propiedad de la inmobiliaria Metrovacesa. Me sumo a la iniciativa. No es ni la primera ni la última batalla, y a veces hemos conseguido salvar nuestro patrimonio industrial, como sucedió con el Espacio Cultural El Tanque. ¿Por qué no vamos a lograrlo ahora?
Profesionales a título particular, a través de fundaciones o mediante instituciones tan prestigiosas como Docomomo (Documentation and Conservation of buildings, sites and neighbourhoods of the modern movement) insisten en la necesidad de proteger esta pieza única de la arquitectura contemporánea, tan desprotegida como el resto de las de su generación, hasta que el nuevo catálogo, ahora en preparación, lo remedie.
La fábrica Clesa fue construida en 1958-1961 por Alejandro de la Sota, prestigioso arquitecto gallego, profesor de la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid y autor de joyas como el Edificio de Correos y Telecomunicaciones de León, el Gobierno Civil de Tarragona o el gimnasio del Colegio Maravillas, que el crítico inglés William Curtis considera la obra más significativa de la arquitectura española contemporánea.
Desde la Fundación Alejandro de la Sota, dedicada a su figura, su directora, Teresa Couceiro, lucha por conseguir protección para este conjunto y evitar así cualquier tentación de demolición que pudiera existir. En busca de respuestas, explica Couceiro a ABC, se han dirigido a la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, a la Dirección General de Vivienda y Rehabilitación, y al Ayuntamiento de la capital.
El Gobierno municipal no tiene incluida esta obra en su catálogo de protección. Entre los arquitectos, muchos esperan que el nuevo catálogo, ahora en redacción junto con el Plan de Urbanismo que sustituirá al actual, incluya este y otros elementos de arquitectura moderna tan desprotegidos como en su día lo estuvo la Pagoda de Miguel Fisac, ahora sólo un recuerdo. Ha habido propuestas en este sentido: ya en 2005, el concejal socialista Pedro Sánchez, hoy diputado nacional, solicitaba elaborar un inventario de la arquitectura industrial madrileña con valor cultural.
Los actuales propietarios de la fábrica, Metrovacesa, optan por mantener silencio. Que es lo mismo que decir: "la hemos comprado para derribarla ¿qué esperan de nosotros?". Esperamos más METROVACESA, esperamos mucho más de ustedes, por ejemplo esperamos que hayan aprendido algo de esta crisis (del ladrillo) y comiencen a apostar por lo que de verdad tiene valor, y no solo por el dinero. En el Ayuntamiento madrileño aseguran que, a día de hoy, no se ha solicitado ninguna licencia de demolición para este conjunto, lo cuál es no contestar porque lo que debería decir el Ayuntamiento es: "la vamos a proteger, porque es de un arquitecto de gran calidad y porque es compatible el desarrollo urbanístico con la conservación de la mejor arquitectura industrial, solo hace falta buena arquitectura contemporánea de calidad y capacidad para afrontar el reto".
La Fundación Alejandro de la Sota ha visto incrementarse los apoyos a esta causa a raíz de la exposición sobre este autor y Fisac, estrenada el pasado año coincidiendo con el centenario de los dos arquitectos. También el de la institución Docomomo, creada en 1989 para inventariar, proteger y divulgar el patrimonio arquitectónico del movimiento moderno.
Esta institución ha enviado, a finales de febrero, una carta al director general de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, en la que expresa su «extrema preocupación ante la noticia del posible derribo de la fábrica Clesa». Define ésta como «un conjunto de gran interés arquitectónico», y recuerda a las autoridades que está incluido en el Registro de la Industria realizado por Docomomo entre 1999 y 2005, y en el Catálogo Inicial de Edificios del Plan Nacional del Patrimonio del Siglo XX, elaborado por este organismo «por encargo del Instituto del Patrimonio Cultural de España».
Docomomo solicita a las autoridades madrileñas «que inicien con la mayor urgencia los procedimientos necesarios para la protección y conservación del conjunto» de la antigua fábrica.
1 comentario:
Sería una pena que fuera demolida.
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