miércoles, 30 de septiembre de 2009

El caso del MILLET y posibles analogías cercanas..

El Palau de la Música de Barcelona es uno de los más venerados santuarios culturales de Barcelona. El Palau es una institución privada, de sus mecenas particulares proceden la mayoría de sus ingresos aunque también recibe mucho dinero público.

El Caso Millet es el caso de un gestor que acaparó durante más de 30 años puestos muy bien remunerados en el tejido cultural y empresarial de Barcelona: Presidente del Orfeón, Presidente del Palau, miembro del Gobierno del Liceu, etc. Pero también vocal de la comisión de control de La Caixa, representante de la Fundación Bankpyme, Presidente de la Fundación Agrupación Mutua, y todo ello y mucho más ( como haber sido nombrado “Sr. De Barcelona” ) después de que en los 80 fuera condenado por falsedad en documento mercantil en el caso Renta Catalana, aunque esto último no querría decir nada si no fuera porque ahora sospechamos que la cárcel modelo en la que tuvo que ingresar en 1983 no le sirvió para nada y volvió a las andadas, no sabemos desde cuando pero lo que se ha sabido que ha ocurrido en los últimos tres años es suficiente para imaginar lo que puede que nunca sepamos.

Siempre se habla de la corrupción política y rara vez de la empresarial, al menos en Canarias. Sin embargo, en Barcelona, que a veces hace análisis real de sí misma, estos días y a raíz del Caso Millet ha recordado la cantidad de casos que allí se han dado como el caso del Banco de los Pirineos, el caso de Renta Catalana, el caso Estevill, el caso Planasdemunt, el caso Javier de la Rosa, el Caso Bertrán de Caralt o La trama de Hacienda, que es el último pelotazo, aunque este último afecta a funcionarios y no a empresarios.

Si hablo aquí del caso Millet es por las posibles analogías que pueden darse en Canarias en algunas instituciones relacionadas con la música que nunca rinden cuentas a nadie, que ocultan datos y que sin embargo se financian ( aquí si ) por dinero público casi en exclusiva.

Me dirán: ¿ y tu por qué no hiciste nada? Contesto: Sí que hice, pero luego deshicieron otros lo hecho… y todo sigue igual. Quizás ahora, la crisis, nos de una nueva oportunidad para intervenir. Por mi parte hago esto: publicar este comentario, y sé que a buena entendedora pocas palabras valen. Pero no tengo demasiada confianza en que se quiera realmente averiguar qué pasa.

En Barcelona nadie entiende como pudo Felix Millet mantener la autoridad de una padre de la patria ( ¡ay, como me recuerda a algunos! ), guardián de las esencias culturales del país, mientras se dedicaba al pillaje a manos llenas.

Aquí me pregunto cuántas medallas de la isla, premios Teide de Oro se llevarán algunos parecidos y si alguna vez se sabrá de verdad como son o si morirán entre gloria local y algodones. También me pregunto si a alguien le interesa que se sepa o si da igual.

Millet justificaba gastos con facturas falsas el Orfeó a la Fundación: 141.000 euros de un viaje familiar a la Polinesia, se transformaron en gastos de viajes de los coros; 188.000 euros distraídos por Millet, en remuneración al presidente por conferencias en la institución. Así hasta 1.5 millones de euros de facturas dudosas o claramente falsas que la justicia deberá determinar a quién beneficiaron.

Dicen los psicólogos y expertos en delincuentes de cuello blanco que las personas que actúan como Millet ni se arrepienten ni siente culpa, solo humillación cuando son descubiertos. Provocan dolor o destrucción sin sentir ninguna empatía, sin ser capaces de sintonizar con el estado de ánimo de los demás. Son muy narcisistas, viven como si no necesitaran a nadie. Son muy fríos y, en lugar de encontrar la seguridad en el vínculo afectivo, acumulan poder y dinero pensando que eso les hace autosuficientes ante las dificultades. Parecen personas muy capaces y acostumbran a estar muy condecoradas, y se creen más astutos que nadie confundiendo la creatividad con la búsqueda de expolio de los demás.

Tengo que terminar diciendo que creo que la mayoría de las instituciones culturales privadas en Canarias funcionan bastante bien y con un nivel de honradez ejemplar. Pero en todo granero se pueden pudrir algunos granos, y en Canarias creo que eso también pasa. Es verdad que se cometen errores y nadie es perfecto, pero de ahí a la conducta de Millet hay una gran distancia.

Aunque aquí no quería referirme solo a instituciones culturales sino también a empresas privadas, cajas y empresas públicas, etc.

11 comentarios:

María dijo...

Ya sabes Dulce, que por tener canas se le da credibilidad a mucha gente que si se conociera como son de verdad...

ciudadano que quiere un cambio dijo...

Eres valiente publicando esto,pero deberías serlo más denunciando lo que sabes en los lugares oportunos.

musician dijo...

SE QUE NO LO RECONOCERÁS PERO TE REFIERES A LA ATAO

partuper dijo...

Aquí también hay gente sin escrúpulos que no tiene ninguna conciencia de país.

Dulce Xerach dijo...

hola María, no imaginas lo de acuerdo que estoy contigo en relación a la credibilidad de las canas, un día de estos escribiré sobre el particular.

Ciudadano que quiere un cambio, gracias. Yo también quiero un cambio. Hago lo que puedo donde puedo.

musician, no digo nada...

Partuper, estaba pensando si era posible tener conciencia de país y al mismo tiempo robar o si es imposible. ¿ Tu qué crees?

partuper dijo...

Pues ya que lo pregunta Dulce le diré que ahora que lo pienso puede que sí.Según la leyenda Robin Hood robaba porque tenía conciencia de país.

Más cerca de nosotros está la leyenda de Dimas Martín, a que la gente sigue votando aunque esté en la cárcel, y que dicen que solo robaba a los de fuera pero no a los de Lanzarote.

En cualquier caso está mal, pero igual es menos terrible.¿Por qué lo pregunta?

AGarcía dijo...

¿ATAO? A mí me suena a OST más bien. Leyendo esto me viene en mente el nombre Cristóbal de la Rosa en el papel de Félix Millet, y Leopoldo Santos como su el fiel amigo Jordi Montull.

Anónimo dijo...

Sin moverse de su escaño mire a su alrededor. Dígame si de verdad no ve a nadie que responda al perfil psicológico que describe en su post.
Por otra parte si, además de los psicólogos, la realidad nos ha demostrado que ese tipo de delincuente jamás cambia y vuelve a las andadas a la primera oportunidad, ¿qué hacemos con ellos en un sistema que pregona la finalidad de reinserción de la pena? ¿cadena perpetua? ¿hoguera pública? ¿pinzamiento de gónadas con los clips que se usan para llevar billetes de 500?

gus

Dulce Xerach dijo...

Ya tienen la hoguera pública en los medios de comunicación.

Lo malo es que a veces pagan justos por pecadores.

Y sí, intuyo que puedo tener algunos personajes parecidos cerca, pero no tengo certezas, e igual me equivoco, seguramente, pero si las tuviera iría a los tribunales..

Anónimo dijo...

No se a quien se refiere...pero conozco a un par de tipos que cuando yo estudiaba les llamábamos "Pitufo gruñón"( era bastante alto, siempre amargado, bastante torpon y se sentía superior...hasta separaba sus apellidos con una Y, como figuran en el registro) y su compinche "El Diplomático" ( se daba aires de intelectual como si fuera un escritor del romanticismo y decia que iba a ser diplomático). Ambos terminaron a duras penas...no destacan precisamente en su profesión..y andan con el cuento de una Asociación musical...¿Les suenan?

Anónimo dijo...

No estaría mal la idea de los tribunales, ya que hay cuentas que se han pedido y no aparecen. ¿Estoy ansiosa por saber qué pasa? y luego dicen que no tienen dinero cuando el presupuesto de dicha institución en ningún momento ha cambiado. Que alguien me lo explique.
Y sí, yo también hablo del patronato Insular de Música.