ARTÍCULO:
APUNTE SOBRE EL CENTRO DE CULTURA Y CONGRESOS, CKK JORDANKI DE TORUN (POLONIA)
AUTOR:
Ignacio Bosch Reig, Professor in Architectural Projet. Polytechnic University
of Valencia, Spain
La
primera cuestión que surge al analizar la obra que Fernando Menis acaba de
terminar en Torun (Polonia) como Centro Polifuncional: sala de Conciertos +
Teatro + Congresos, que lleva por nombre CKK Jordanki, es el como se sitúa en
el lugar. Era muy fácil caer en la tentación de realizar un edificio singular
de gran magnitud presencial, que dominara en el entorno, dejando su impronta
desde su fuerte dimensión (22.000m2), y su potente altura interior (30m) necesaria
para absorber el peine escénico.
Sin
embargo, el conjunto construido formado por cuatro piezas-fragmentos lineales,
se nos presenta al exterior con un gran respeto por la escala del lugar, no
sobrepasando la altura de cornisa de los edificios colindantes de 4 plantas, estableciendo
un diálogo integrador con la naturaleza del parque frente al que se sitúa, así
como con la tradición cromática y matérica de los edificios relevantes de la
ciudad, construidos básicamente en ladrillo rojo, a la vez que define una zona
de esa ciudad que se presentaba como un no-lugar, imprimiéndole un claro carácter,
en forma natural, amable y a la vez sumamente atractiva, estableciendo una
intensa vibración formal.
El
proyecto se adscribe con fuerza y radicalidad a la arquitectura másica,
tensionada, descompuesta, dinámica y fragmentaria. Parece querer mostrarse en
perpetuo movimiento, como ya lo hiciera magistralmente Borromini en la fachada
de San Carlino alle Quatto Fontane. Aquí Menis lo consigue desde el juego de
los opuestos: lleno-vacío, masa-fisura, peso-levedad, cerrado-abierto, ….
Y
ello en base a una traza compleja, de formas libres, descompuesta en
fragmentos, reconocidos al exterior como piezas autónomas, de diversa factura en forma, tamaño y tensión,
decaladas entre si, definiendo entre ellas tres planos-fisura, que a modo de
planos verticales de luz remarcan su independencia.
Sin
embargo, en el interior se nos muestra como un organismo complejo, con
recorridos alternativos como si de un sistema en red se tratara, que es capaz
de definir y establecer un espacio unitario, haciendo desaparecer la autonomía
de las partes, para convertirse en un todo. Pero este espacio unitario se va
reconociendo de forma encadenada, poco a poco y no de una vez: el espacio surge
con diversidad de facetas, de opciones y con gran intensidad.
Es
una arquitectura abierta a las necesidades del momento, capaz de transformarse
en su capacidad (de 679 a 882 espectadores la sala grande + 278 de la sala
pequeña), de modificar su forma y pasar de Teatro a Sala de Conciertos, Opera,
otros tipos de música y eventos culturales contemporáneos, o a espacio de Congresos, o de alterar su
volumen disminuyéndolo-aumentándolo ajustando así el tiempo de reverberación,
entre 1,15 segundos (para la palabra) y 1,85 segundos para sala de conciertos.
Nos
encontramos dentro de lo que se puede definir como un espacio-gruta, espacio
envolvente, donde el ser humano se siente seguro, protegido y tranquilo, que remite al inicio de nuestra existencia.
Es el resultado de un equilibrado tratamiento del binomio razón-emoción, donde
la potencia, la fuerza expresiva, la coherencia y la cualidad del espacio
resultante, deriva sin duda de una continua búsqueda de experiencias
sensoriales, pero a la vez de una profunda investigación de las cualidades acústicas,
visuales, lumínicas y materiales, dando respuestas ajustadas a un complejo
programa.
En
este empeño forma parte significativa el uso magistral de determinadas
herramientas intemporales de la arquitectura, a las que me referiré a
continuación, y de las que destacaré seis: el orden de acceso, la geometría, la
contraposición, la cualidad matérica, el peso y la levedad, y la luz.
La
secuencia compresión-tensión sostenida-descompresión, ya utilizada en forma muy
lúcida por Menis en proyectos anteriores como el acceso al Tanque en Tenerife,
se nos muestra aquí de forma soberbia, tanto en el sistema de accesos, como en
los propios recorridos internos, conjugando la forma y dimensión del espacio
con su texturación matérica, capaz de vibrar con la luz indirecta o rasante.
La
buscada libertad formal, ya definida por Piranesi como la libertad de acción
del arquitecto, se trabaja aquí desde el profundo dominio de la geometría,
utilizando el sistema del facetado triangular, con el que se consigue dominar
las superficies de doble curvatura, sin que sus variaciones, añadidos o
sustracciones interfieran en el conjunto. Ello sin duda, supone un dominio del
espacio que solo cabezas privillejadas pueden asumir.
Otro
de los temas clave en Torun, es el entender el vacío como la sustracción del
lleno, de forma que al igual que en la filosofía Zen donde lo uno y lo otro no
se consideran opuestos sino que forman una solo unidad, aquí el espacio
interior (vacío), aparentemente opuesto
a las piezas-fragmentos (el lleno), se integran en uno solo formando un todo
unitario, al igual que lo hacía el maestro del vacío Eduardo Chillida.
Este
planteamiento de obtener el espacio vacante como resultado de restar a la masa
de dentro a fuera, horadándola, como si de una escultura se tratara, como ya se
hiciera en el siglo XII en las Iglesias de Lalibela, esculpidas en la roca, es
un mecanismo arquitectónico con el que Menis ha experimentado de forma continua
como lo demuestran sus obras del MAGMA, la Iglesia del Santísimo Redentor, o elMuseo de Adeje, pero siempre utilizando un único material, el hormigón que se
nos presenta con toda su fuerza material, unas veces encofrado con entablillado
tensionado y otras “picado” como descubriendonos su composición interna.
Sin
embargo, aquí en Torun, se le da una vuelta mas de tuerca a la solidez y
expresividad de la fuerza intrínseca de la materia pesante, al contraponerla con la idea de la ligereza de
una piel envolvente interior, ambigua en su expresión, pues por una parte se
nos muestra con la cualidad matérica del hormigón de ladrillo rojo picado, que
le imprime solidez y texturación, y a la vez se nos presenta como piel continua
y autónoma, separada de la masa del hormigón que conforma el lleno, intentando
ser tenue y etérea, contraponiendo el peso a la levedad.
Por
ultimo cabe hablar del tratamiento de la luz, que o bien se filtra por las
fisuras que a modo de grietas en la gruta se van formando en la “piel”
envolvente interior y en la masa expresada desde el exterior, o bien surge con
fuerza como planos de luz vertical, que actúan
de charnela entre las piezas-fragmento estableciendo su autonomía a la vez que
su unión. En todo caso la luz es la que consigue que el ladrillo rojo picado,
se nos presente como un organismo vivo, que va cambiando de cromatismo según
nos adentramos en su interior, a lo largo del día y del año.
En
definitiva, nos encontramos ante una arquitectura propositiva, capaz de
sorprender e incitar sutilmente al observador-visitante, estableciendo con él
un diálogo, una estrecha relación que le permite a éste reinterpretarla sacando
lo mejor de si mismo.
Una
obra única, que ha sido capaz de aunar la alta cualidad formal, material y
espacial, con un exquisito respeto por el entorno, y a la vez con una
resolución funcional extraordinariamente sencilla.
IMÁGENES:
F-01:
Integración en el entorno
F-02:
Integración cromática.
F-03:
Relación con el parque y la naturaleza
F-04:
Arquitectura másica, fragmentaria y
dinámica
F-05:
Plano vertical de luz desde el exterior y desde el interior.
F-06:
Espacio transformable
F-07:
Espacio gruta
F-08:
Mecanismo de la compresión-tensión sostenida.
F-09:
Facetado mediante la geometría triangular.
F-10:
Piel envolvente y matérica.
F-11:
La luz dese las fisuras.