Los resultados más interesantes de este proyecto vienen de la mano de la utilización de materiales naturales, sin ornamentación, para conseguir una #acústica excelente.
En el caso de un auditorio, una de estas variables con mayor peso es la acústica. En el proyecto analizado, el Auditorio de Torun, la decisión proyectual de no limitar la sala a un solo tipo de acontecimiento abrió una innovadora investigación que posibilita la variación de las características acústicas de la sala para cada evento y que dota de un carácter único al edificio: una singular acústica variable.
Se trata de un concepto que se basa en tres estrategias conjuntas que tienen como resultado el hecho de permitir que el Auditorio, como se ha demostrado ya en los actos de pre apertura y apertura celebrados las primeras semanas de diciembre de 2015, si es utilizado correctamente por sus responsables y gestores, se adapte perfectamente a los diferentes eventos que se celebren en él:
1. Estrategia de la volumetría: La sala principal del auditorio puede reducir o ampliar su volumen y aforo mediante unos elementos móviles suspendidos del techo. La posibilidad de modificar las dimensiones interiores dotan al auditorio de una versatilidad acústica única, permitiendo afinar la sala para cada espectáculo.
2. Estrategia de la geometría interior: Una Una triangulación que tiene como resultado una solución espacial única y versátil, que evita la complejidad proyectual que conlleva la doble curvatura. Mediante este sistema se puede modificar el espacio en función de las necesidades de cada zona sin que cambien otras partes del mismo.
3. Estrategia de la materialidad: la modificación de los valores de absorción acústica de los materiales, hormigón y ladrillo rojo, versus madera. Mediante elementos pétreos bien estudiados, con la masa y densidad adecuadas, se puede llegar a crear una acústica de igual o mayor calidad, despertando una sensación única en el espectador, parecida a la experimentada en ciertos espacios naturales1. La materialidad pétrea de estos espacios hace que sean poco absorbentes, permitiendo una gran reflexión del sonido y, al mismo tiempo, un muy buena difusión sonora, gracias a la rugosidad de sus
superficies, haciendo de ellos unos excelentes auditorios naturales que, además, crean una sensación sobre cogedora en el espectador.
Otro de los resultados a resaltar: la creación de un nuevo material. Este nuevo material, fruto de la sinergia generada por la combinación del hormigón con el rojo ladrillo cerámico típico de las criptas de edificios de la ciudad, permitió crear una superficie rugosa (que provoca la difusión del sonido en medias y altas frecuencias y evita ecos) y pétrea (cuya dureza potencia las reflexiones a medias y bajas frecuencias). Sustituye este picado de Torun a la ornamentación tradicional. Se consiguen retomar las reflexiones de determinadas frecuencias como las que se tuvieron en cuenta en el barroco gracias a las ornamentación que sin embargo el movimiento moderno había olvidado.
Normalmente, en la mayoría de auditorios actuales los proyectistas añaden absorción porque esto da seguridad pero MENIS, en el Auditorio de Torun, asume riesgos y no añade absorción porque se supone que la acústica variable sustituye a la necesidad de esta. Por tanto la conclusión es que en lugar de jugar con la absorción el arquitecto juega con el volumen.
Ahora que muchos auditorios optan por la moda de por las dobles curvaturas en Torun se elige tomar otra dirección porque esas dobles curvaturas no dan una libertad formal de movimiento que el triángulo sí ofrece.