Hoy, por fin, después de casi más de 20 años de lucha, el Espacio Cultural El Tanque ha sido declarado por el Gobierno de Canarias Bien de Interés Cultural.
Quiero en este momento hacer un homenaje a aquel primer y tímido pero maravillos manifiesto de defensa de El Tanque que se puso a la firma de todos en 1998, y quiero también dar las gracias a todos cuantos lo firmaron y defendieron siempre que este lugar era un espacio muy especial para verlo desaparecer. Transcribo el bonito contenido del MANIFIESTO EN DEFENSA DEL TANQUE:
““Los abajo firmantes quieren mostrar su apoyo incondicional a favor de la conservación del tanque número 69, en la calle 70, en Santa Cruz de Tenerife, instalado en los terrenos de la refinería, hoy desalojado para el crecimiento de la ciudad (…).
El Tanque, con su nueva funcionalidad como espacio de encuentro y de generación de propuestas creativas más renovadoras, se ha constituido como un espacio cultural dedicado a montajes vanguardistas y expresiones artísticas de cualquier índole y procedencia. Asimismo, en poco más de un año se ha convertido en un referente cultural que conecta a Tenerife con la modernidad y los movimientos que marcan en el mundo el rumbo de la cultura hacia nuevas formas de expresión, que definen el carácter y el perfil de las nuevas culturas.
La construcción, una pieza cilíndrica de 50 metros de diámetro y casi 20 de altura, representa además uno de los últimos vestigios de una industria, la refinería de CEPSA, que en los últimos cuarenta años ha formado parte de la geografía urbana de esta capital. Esta gran pieza industrial, que conserva su aspecto exterior e interior original, ha sido adaptada a su nuevo uso cultural con una mínima intervención arquitectónica (…).
El Espacio Cultural El Tanque ha sido escenario en su corta vida de casi una docena de montajes de gran interés y calidad artística; ha merecido, además, desde el punto de vista arquitectónico, algunos de los más altos reconocimientos en este país (… )
Por todas estas razones queremos dirigirnos a todas las instancias que puedan impedir que se lleve a efecto la demolición del Espacio Cultural El Tanque, el próximo mes de agosto, tal como lo ha comunicado la compañía que ha adquirido recientemente la parcela en la que se ubica el citado tanque. Apelamos a todos los estamentos sociales de la Isla para que agoten cualquier solución imaginativa que impida la desaparición de un edificio cultural tan singular, exclusivo, y posiblemente, único en el mundo.”
Gracias a todos ellos que justificaban esta petición en que el Tanque 69 era un enorme bidón que sirvió durante muchos años para el refino de crudo, que forma parte de la iconografía de la ciudad, y una vez que la Refinería Cepsa lo dejó en desuso “se convirtió en un vestigio de la memoria industrial de la Ciudad de Santa Cruz de Tenerife. Y aquí los solicitantes reconocen el valor industrial del Tanque aunque no fundamentan su petición en ese aspecto, sino que consideran que ese tanque, que sobrevivió a la última demolición de tanques que dejó paso al crecimiento de la ciudad hacia el sur, era ( y es hoy ) un marco insólito e irrepetible de Cultura.
Gracias a todos los periodistas que se implicaron: Juan Cruz, Carmelo Rivero, Alfonso González Jerez, Jaime Pérez Llombet, Eduardo García Rojas, Pablo Paz, etc, etc, etc. Gracias a todos de verdad.
Durante el
tiempo que ha funcionado como Espacio Cultural muchos de los firmantes del
manifiesto y de los solicitantes del BIC habían tenido la oportunidad de
visitarlo y descubrir como “un lugar inmenso, heterodoxo y sorprendente” que
durante años habían observado como un elemento de la ciudad que contaminaba el
aire, aunque era necesario y ayudaba al desarrollo industrial de la isla,
pasaba a convertirse en un elemento querido por la ciudad, recuperado para la
Cultura y cuyo uso cultural lo ha descubierto como un depósito, también, de la memoria.
Así, recogieron el testigo de aquel manifiesto: “Este tanque, rodeado de otros cientos de tanques
similares, vio pasar tiempos de reivindicación, de hambre y de desarrollo, de
dictadura y de libertad; cientos de hombres trabajaron en su entorno y si les
hubieran dicho que estaban trabajando alrededor y a veces en el interior de una
obra de arte habrían soltado una carcajada. Todavía muchos trabajadores de
Cepsa sueltan una carcajada cuando les llega la noticia de que hay mucha gente
que quiere salvar El Tanque. Tal vez falte tiempo para que se acostumbren a
contemplar entre edificios de viviendas y oficinas las formas de la nueva
belleza descubierta: las formas del tanque 69 milagrosamente salvado, desguarnecido
ahora de toda compañía ( antes rodeado de otros tanques ) rodeado de máquinas
que aplanan y limpian los terrenos colindantes y con la única visita de los que
se acercan a contemplarlo pensando que tal vez sea la última vez.”
Conservando El Tanque, se protege nuestro patrimonio histórico
industrial y que utilizándolo como espacio cultural se llenan de contenido
los conocimientos, los recuerdos, las imágenes y todo lo que configuró y
organizó las actividades de origen industrial que han tenido lugar en Santa
Cruz de Tenerife en el siglo XX.
El tanque había obtenido a
lo largo de los últimos meses innumerables peticiones de conservación: artistas
plásticos, músicos, actores, periodistas, arquitectos, gentes de la calle de
toda condición se habían ido sumando a la iniciativa del manifiesto creado para
defender “el Tanque” y esto era algo que sabían los solicitantes del BIC. Si se
analiza el listado de firmantes de esta solicitud, se observa que son en gran
parte los mismos promotores del Manifiesto.
Por mi parte me sentiré siempre orgullosa de todo lo que hice por este espacio cultural, y seguiré luchando por otros. Ahora por la SAC que el Ayuntamiento quiere cerrar.
Y por último gracias al que lo hizo posible. Gracias querido Adán.