A veces un país desmoralizado puede dejar de estarlo. Una muestra de ello es la presencia de España en la Bienal de Arquitectura de Venecia, el acontecimiento más importante del mundo en esta materia, y donde hemos presentado un pabellón optimista, competente y lleno de energía y vitalidad. Creo que si hiciéramos más caso a nuestra aptitud (con una actitud más positiva) y menos a los mercados nos iría mejor.
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