miércoles, 28 de junio de 2023

DIARIO (PROVISIONAL E INCOMPLETO) DE UNA PARLAMENTARIA. PARTE 1 (y a lo mejor última)

 DIARIO (PROVISIONAL E INCOMPLETO) DE UNA PARLAMENTARIA. 

Realmente no sé por qué me atrevo ahora a sacar a la luz las notas que tomé en 2007, quizás es porque ahora se están constituyendo todos los nuevos parlamentos autonómicos a lo largo de España, o casi todos. Quizás es porque ya ha pasado suficiente tiempo y muchos de mis compañeros parlamentarios ya no están en la vida política.

Da igual, tampoco tienen mayor importancia. Solo recogen lo que sentí y viví en una institución parlamentaria en la que desde el principio sentí algo no funcionaba bien. Ni siquiera las he revisado así que disculpen los errores gramaticales o de otro tipo. Solo he añadido algunos comentarios desde la actualidad.

En cualquier parlamento de España podrían estar sucediendo en este momento, junio del 2023, hechos como los que viví en 2007, cuando resulté elegida parlamentaria regional, en una comunidad autónoma cuyo nombre mejor dejar pasar, pues me consta, que en otras comunidades autónomas de nuestra querida España se han dado situaciones parecidas a las que voy a narrar, que todavía hoy siento pudor y cierta vergüenza al contarlas. La única razón que tengo para escribir este libro es el ánimo recibido que determinadas personas importantes para mí, que aún creen que un libro tal vez pueda ayudar a mejorar la política. 

Cuando digo que me consta es porque a lo largo de los años he ido contrastado con diferentes ex parlamentarios de diferentes lugares de nuestro país cuando los caminos de  nuestras vidas políticas nos llevaron a encontrarnos y tener conversaciones que siempre empezaban tímidamente y finalizábamos todos confirmando que lo que ocurría en mi parlamento era extrapolable a otros, en todas esas conversaciones la respuesta unánime era sí, mi parlamento es así,  “o peor”, sé que no voy a exagerar en absoluto. Aunque tampoco es un diario exagerado, solo recoge el proceso de mis primeros meses en el parlamento en los que transité desde el antes hasta el después de la ilusión. 

Domingo electoral, mayo de 2007

Mejor dicho madrugada del lunes. Son las tres y cinco de la madrugada y estamos viviendo la típica noche electoral de cualquier partido político en el poder hasta ese momento.

100% escrutado: ¡SOY PARLAMENTARIA¡

No puedo evitar ser feliz. Iba en el número 7, la última parlamentaria que las encuestas decían que podía caer de nuestro lado. 

Pero por contenta que yo esté, lo cierto es que los resultados de mi partido han sido un desastre y ha ganado el PSOE, no por mayoría absoluta, menos mal, y como el candidato socialista no ha hecho otra cosa durante meses que insultar de mala manera a todos los demás, saltándose todo lo conocido hasta ahora,  con acusaciones personales, querellas criminales, etc. , pues resulta que él solito se ha cerrado todas las posibilidades y no puede pactar con nadie. Es el típico político que parece un líder pero no lo es, era él y su ego.

En cualquier caso aún es pronto, la aritmética parlamentaria es una ciencia exacta: la mayoría absoluta es siempre un número determinado y si no suman unos tendrán que sumar otros. Para mí en cualquier caso es un cambio absoluto después tantos años en la política más directa. Echaré de menos esa cercanía y la posibilidad de cambiar el mundo esquinita a esquinita que tenía todos los días. Pero 12 años son muchos, tocaba explorar otras posibilidades políticas  y pensé que el lugar donde se legisla, que es lo mío era un paso lógico antes de dejar la política. Sí, la dejé, hace ya más de una década. Tuve la suerte de vivir una época de políticos aún con el espíritu cercano de la transición, entramos en Europa, crecimos y por el camino yo fui ocupando cargos desde administraciones más pequeñas hasta llegar a un gobierno autónomo. Me faltaba el parlamento.

Nuestros mejores alcaldes arrasaron y los que fueron malos gestores perdieron. Nuestro candidato a la alcaldía de la capital sacó solo 11 concejales. Bajando de 15 a 11. La verdad es que me lo esperaba. Tenía ciertas esperanzas de que llegáramos a 12 pero no más. Los tiempos de su reinado y energía fueron dejando paso a un cansancio y a la inercia, que es lo peor que le puede pasar a una administración.

Aunque no fue el único que lo hizo de pena. Durante la campaña electoral se cometieron mil errores sobre los que nuestro candidato a presidente debería reflexionar, pero dudo que lo haga. Creo que no piensa en los demás y eso no me gusta. ¿Para qué te metes en política si no quieres mejorar tu tierra? Sé que soy una ilusa, pero sigo haciéndome esa pregunta ante cada reto o acción ¿esto mejora las cosas en general o es solo para mí? Si no suma para todos no las hago. Tuve un gran maestro en política que me decía que ante cada decisión o plan a poner en marcha, o decisión, tenías que hacerte 4 preguntas ¿puedes? ¿debes? ¿quieres? ¿mejora tu tierra? Y a tres contestabas sí entonces es que tenías que ponerte en marcha. Seguro que la pregunta quieres genera debate pero sí, en política también hay que querer, porque si no quieres no pones la ilusión y la energía que hace falta para sacar cualquier expediente adelante. 

Total, que aquí estoy, en esta noche electoral, al su lado del futuro presidente subida en esta tarima donde no cabemos, celebrando con él que los números nos dan para gobernar porque la aritmética parlamentaria es exacta e implacable, y esta vez no va a gobernar el ganador, y menos mal, no es lo que necesita esta tierra, porque se le ha subido la nariz, solo sabe insultar pero no inspira, no desarrolla su capacidad, que alguna tendrá seguro, porque está muy creído de sí mismo. El nuestro no es que sea perfecto. También tiene mucho ego. 

Así que nuestro mayor oponente sacó más diputados, se quedó solo a cuatro diputados de la mayoría absoluta. Un par de ellos conseguidos mintiendo e insultando, llamándonos a todos ladrones, fracasados, torpes y estúpidos, sin mirar la paja en el ojo propio. Pero, le faltan cuatro y como ha dilapidado todo su capital soltando insultos sin parar a todos los demás no tiene con quien pactar. Me da que su carrera política acaba aquí y los de su mismo partido le pedirán que se vaya.

La otra historia es la de nuestra alcaldesa por excelencia que ganó por mayoría absoluta. Es coherente, tiene carácter y química con su gente, con su pueblo.  Pero en nuestro partido la odian. Es la que más futuro tiene y algunos de los nuestros no hacen otra cosa que ponerle piedras en el camino. Pero en su ciudad sacó motivación de la nada, porque allí sí que había inercia en la administración, y logró cambiar esa ciudad y darle la vuelta como un calcetín, tanto que prácticamente sola logró la mayoría absoluta. Ella es el futuro natural del partido. Y otras más. Pero en 2007 los techos de cristal eran más duros que en 2023 (que siguen existiendo)

Lunes 28 de mayo 2007 ( 19’30 )

La vida sigue y yo continúo en funciones en mi puesto en el gobierno autónomo. Aprobamos un nuevo proyecto, preparamos el último día de la Comunidad Autónoma con el presidente saliente a quien echaré de menos y los invitados comienzan a llegar. 

Miércoles día 30 de mayo 2007 ( 23h )

Hoy se ha hecho visible la marcha del Presidente. Le echaré de menos. El público en peso se levantó a aplaudirle cuando terminó su discurso. Se lo merece. Y mucho más.

Solo el candidato de la oposición, que llegó sin haber confirmado su asistencia, en el último minuto y se sentó donde no le tocaba, no se levantó inicialmente ,pero los de su propio partido tuvieron que obligarle a levantarse y hacer como que aplaudía. Ni siquiera sabe lo que es la cortesía política. El presidente saliente deja la política no se marcha porque perdiera las elecciones, al contrario, tomó la decisión de dejar la política, que no lo es todo en la vida. Y eso en esta región lo he visto pocas veces. Algunos se agarran al sillón como una garrapata. Sin hacer ni pretender nada: solo seguir en el sillón. Este 2023 quedan muchos de esos que ya estaban abrazados a los mismos sillones de 2007.

Sábado 2 de junio 2007 ( 19’05 )

Estoy en una nube. Aun no me creo que soy parlamentaria. Las encuestas nos daban mi escaño por los pelos. Es increíble como cambian las cosas en un día: la gente vota y todo cambia, o no cambia. Depende de la gente. Llevo toda la mañana feliz porque me costó tomar la decisión, estaba entre el ayuntamiento capitalino y el parlamento. Escogí bien.  Me ha cambiado la vida. Si no fuera parlamentaria y hubiera ido al ayuntamiento ahora estaría preocupada por mil cosas. 

Me he preguntado si cuando decidí no ir en ninguna lista electoral, en 2011, estaba tan preocupada como lo estaba durante la campaña del 2007. No, 2011 lo recuerdo con alegría,  era cómo volver a empezar, sobrevivir a la política e incorporarme de nuevo a la vida real. Una decisión que tomé a los 40 años. La edad perfecta para dejar la política y tener recorrido profesional. Recuerdo con alegría ser consecuente con lo que he pensado siempre, qué la política no es para toda la vida, pensaba entonces que si pasaba de los 44 o 45 años siendo mujer  quizás no tendría  tiempo ni edad para reciclarme. Volví a la vida privada y poco a poco se van olvidando de mí, de mi etapa política, y no me he arrepentido ni un solo día. Sin embargo he descubierto que cuando has sido política de las de verdad, de esas que queríamos mejorar las cosas, no dejas nunca de serlo y siempre surge en la vida privada la oportunidad de colaborar con lo público.  

En 2007 ya barajaba dejar la política en 2011 pero recuerdo me planteé ser la mejor parlamentaria que pudiera ser. 

Por qué pensaba en dejar la política porque en el parlamento enseguida descubrí, y eso es lo interesante de esta historia y no la introducción que no tengo futuro en este momento de la historia de esta tierra, ni en mi partido. Ya no buscan a los mejores, ni mezclar generaciones y profesionales. No. No quieren cambiar, nadie quiere innovar por mucho que lo digan, ni la oposición de izquierdas ni la de derechas, ni nosotros. Por desgracia no me equivoqué, a partir de 2007, desde antes de la crisis de 2008 esta tierra empezó a perder la velocidad de crucero del periodo de entre siglos. Para mi fueron los años de más esplendor, con políticas nuevas, con replanteamientos y reflexiones que intentaron cambiar el punto de vista histórico de siempre. Entre el 2000 y 2007 creo que se ha pensado más esta tierra que en todos los siglos que tiene de historia, y frente a la inercia burocrática desoladora conseguimos frenar lo de siempre y empezar a girar el rumbo e impulsar la administración pública comenzar a transitar un camino nuevo, acorde con los tiempos. Todo eso se frenó tras las elecciones. Suele echársele la culpa a la crisis de Lehman brother, pero esa crisis comenzó en septiembre de 2008 y realmente se notó en los presupuestos públicos del mundo entero en 2009. Pero aquí todo se frenó antes. Y me di cuenta desde los primeras sesiones parlamentarias, volvimos a lo de siempre. Aún es pronto para hacer balance, pero ya pondrá algún día la historia las cosas en su sitio. Aún hoy, en 2023, hay sectores clave de la economía, con un gran potencial de crecimiento exponencial, ligados a la oportunidad que para esta tierra supone la revolución digital, cuyos presupuestos actuales son inferiores a los de 2004, mientras otros sectores históricos que cada año crean menos empleo siguen recibiendo cientos de millones de euros que no contribuyen al PIB. 

El parlamento no trabaja ni en agosto ni en septiembre. Hay dos periodos de sesiones parlamentarias durante el año, de octubre a febrero y de marzo a junio. Tampoco se trabaja durante todas las navidades. Que jeta.

Lunes 25 de junio 2007 ( 7’33 )

Hoy sí que comienza mi nueva vida. Tomaremos posesión del cargo en el Parlamento. El viernes dejé de ser lo que soy ahora. 

Intenté dejar los expedientes completos y ordenados y años después mi propia secretaria me comentó que los habían tirado a la basura. 

Pasé el día con cierta nostalgia pero sin dejarme caer en ella o en la tristeza, me emocioné cuando me enseñaron un video muy bonito que el equipo de mi actual cargo me ha hecho como regalo en la fiesta de despedida que organizamos en mi casa. Fue una fiesta nostálgica pero con mucho humor. Vino muchísima gente que me sorprendió. Al fin y al cabo han sido muchos años en lo mismo.

Lo primero que me dijeron en el grupo (mi grupo parlamentario tiene unas oficinas que llamamos “el grupo”) es que en el parlamento no se trabaja ni en julio ni en agosto.

El acto del parlamento estuvo bien pero nada emocionante, muy tradicional, con la biblia y la cruz por si quieres jurar y la constitución por si quieres prometer. Parecía un desfile de modelos.  Tanto las parlamentarias como las invitadas de la galería de visitas superior. No sé qué sensación causé yo pero fui con un traje beige simple al menos no llevé sombrero ni plumas como algunas invitadas que más que a un acto político parecía que iban de boda. 

Nos sientan por orden de importancia en el grupo, yo detrás, claro, y me sentaron al lado del candidato a presidente (que solo estará a mi lado hasta el día de su investidura) y del alcalde (el que perdió la mayoría absoluta ya ha conseguido un pacto y es de nuevo alcalde). Primera sensación: No me gusta el ambiente, no sé por qué pero el aire está demasiado denso. 

El día de trabajo no duró más de 3 horas entre los juramentos de unos y otros. Así que he tenido tiempo para pensar en cosas que le diría al presidente del Parlamento sobre esta institución. El parlamento tiene que comunicar mejor a la sociedad cuál es su trabajo, qué es lo que hacen los diputados. No basta con organizar visitas de escolares o cutres exposiciones en la mediocre sala de arte que tiene, y que no tiene mucho sentido salvo que se dedique a exponer asuntos relacionados directamente sobre el Parlamento y su trabajo por Canarias.

El Parlamento no es famoso por su creatividad, su capacidad de innovación o su iniciativa, sino por todo lo contrario: incluso los propios políticos ven al parlamento (al hecho de ser parlamentario ) como un “chollo” o un estupendo retiro y la gente en general cree que está lleno de “jetas” que hacen poco y cobran como si hicieran mucho. Bueno, realmente no creo que la gente sepa lo poco que se trabaja en un parlamento. 

Ahora, en 2023, no digo que los portavoces o la mesa no trabaje pero el parlamentario llega a “el grupo” y es anulado por completo. Se prohíbe pensar. Lo que importa es la aritmética parlamentaria, que suban las manos suficientes para aprobar esto o lo otro. 

Podríamos decir que lo que percibí allí en 2007, recién llegaditame llevó a pensar que el Parlamento (los parlamentos) estaban en declive, porque se dedicaban solo a tratar problemas locales cuando los problemas del mundo de hoy no son locales, son problemas de la humanidad en su conjunto y de espacios geográficos amplios, por ejemplo: el desempleo no es un problema nuestro específico, o francés, u holandés, es un problema universal, algo a resolver y algo que está mutando. La contaminación ambiental no es un reto para los españoles, o los vascos, o los gallegos, o para los turcos, es un problema mundial. Igual que la pobreza. Ilusa de mi pensé que igual si se lo planteaba al presidente y al grupo eso podría cambiar. 

Fui a verle y me recibió muy amable y le expliqué por qué creía que el parlamento necesitaba cambiar. Le hablé de las grandes cuestiones globales, donde hacen falta organizaciones más poderosas: o intentar estar unidos con otros parlamentos y otras entidades globales que estén pensando y trabajando en vías de solución para estos problemas, como la ONU.

Le conté que era la primera paradoja que vivía al plantearme preguntas de mi labor como parlamentaria:  que este parlamento es demasiado pequeño para resolver los grandes problemas de esta tierra ( y del mundo ) y del mismo modo es demasiado grande, o lejano, para resolver los problemas cotidianos de la gente: los colegios de los niños, la salud de los abuelos, la limpieza de las calles, la seguridad en los parques, el tráfico, el coste de la vida... De ahí que sea normal -le dije- que la gente se pregunte para qué sirve el parlamento en realidad. 

Me dijo, utilizando el diminutivo de mi nombre: “aquí es mejor que no te muevas mucho, y me recordó un proverbio chino: “ranita que saca la cabeza del agua se la cortan”.

Luego me dijo que el parlamento lo que hacía eran leyes. Y lo le dije, ¿pero qué leyes?si cuando salen del parlamento no son coherentes, y hay que esperar a su interpretación por la doctrina, o por la jurisprudencia, de tan enrevesadas que las redactan. Le pregunté si sabía ¿cuántas de ellas son realmente aplicables? ¿cuántos artículos legales de los aprobados en los 25 años de historia del este parlamento han sido realmente aplicados? ¿ cuántas leyes son inaplicables por imposibles o contradictorias? Me dijo que no lo sabía, pero que en eso sí que tenía razón, que hemos aprobado algunas leyes que son inaplicables. Le dije que debería crear una comisión especial que evalúe la aplicación de las leyes que aprueba y me dijo que eso no era labor del parlamento.

Yo seguí con mi discurso:

- Pero Presidente, el Parlamento tiene que modernizarse para acoger su 25 aniversario como una institución del siglo XXI y no del siglo XIX, que es la idea que dan sus salones, su decoración, su imagen corporativa, todo.

- ¿No te gustan sus salones? -me preguntó asombrado.

- No, ni los despachos, son del siglo pasado ¿no lo ve?

- No -contestó escuetamente-.

- ¿Entonces no va a cambiar nada aprovechando el 25 aniversario? -le pregunté-

- Yo no, si lo proponen todos los grupos pues ya veremos.

- ¿Ni la horrible sala de exposiciones de arte?

- ¿Horrible por qué? -comprendí entonces que no tenía nada que hacer.

Me despidió en la puerta de su despacho, todo amabilidad,  diciéndome que intentara ser una parlamentaria elegante, discreta y conciliadora. Le di las gracias por sus consejos y me fui caminando sola por la ciudad, tranquila y segura (menos mal) hasta mi casa.

Los días siguientes, cuando aún no teníamos trabajo asignado, volví a intentarlo con el Presidente del grupo parlamentario y le fui a contar todas mis ideas de renovación parlamentaria:

- El Parlamento además de unir esfuerzos con otros parlamentos de nuestro entorno geográfico y cultural (África, Europa, América) tiene que saber qué ocurre en el resto de los lugares con las singularidades nuestras en el resto del planeta, pues no son singularidades solo nuestras, tenemos que investigar cómo solucionan esos otros lugares similares los problemas que nos son comunes a todos, de movilidad, lejanía, aislamiento, etc.

- ¿Y para qué quieres investigar tanto? Aquí ya tenemos mucho trabajo.

- ¿Qué trabajo?

- Pues las preguntas parlamentarias al gobierno que son un horror porque tenemos que frenarlas o paralizaríamos el gobierno, y las proposiciones no de ley, y las comisiones, y luego las leyes, te parece poco.

- Me parece que no es posible saber si es poco o mucho sin antes plantearnos si lo que estamos haciendo sirve de verdad y creo que el gobierno es quien está en el día a día y en el parlamento tenemos tiempo para poder hacernos preguntas.

- Preguntas, ¿qué preguntas?

- Preguntas inteligentes, sobre el por qué, de las decisiones que tomamos o rechazamos

- Ponme un ejemplo.

- Pues por ejemplo me gustaría preguntarme y compartir con el grupo por qué el sistema de salud funciona renqueando a pesar de que cada año recibe más presupuestos, ¿está todo planificado? ¿están los mejores al frente de ese servicio tan trascendental y sensible para los ciudadanos que están en listas de espera? 

- Para eso está el gobierno.

- El gobierno no tiene tiempo para analizar que sistemas están funcionando mejor por el mundo, ni de hacer comparativas porque siempre está con el agua al cuello.

- Aquí la única sensibilidad que verás es la que demostramos con el pueblo palestino. ¿te parece mal?

- No claro que no pero solo eso me parece poco, aquí hay muchos parlamentarios con preparación específica de temas pendientes.

 Me cortó y me dijo que ya hablaríamos de las normas y el reparto de trabajo en la reunión de grupo.

Esos días finales de junio, sin nada que hacer seguí pensando como lo hacía en el gobierno. Seguí haciéndome preguntas  y hablando sola, pues ya me había dado cuenta de que los jefes no estaban por la labor. Y hablando sola paseé por los parques, fui a la playa, y seguí pensando y anotando ideas, como que el Parlamento tiene que velar por que realmente se ejecuten los presupuestos que se aprueban cada año, cosa que no hace, lo sé porque llevo cuatro años en el Gobierno. Y debe comprobar que los problemas que se pretenden resolver con los presupuestos son realmente resueltos. ¿Quién se preocupa por esto una vez aprobados? Lo anoté para preguntarlo en el grupo. Luego supe que nadie, salvo algunas honrosas excepciones

Yo seguía con mis pensamientos. Si iba a ser parlamentaria tenía que saber cuál era mi función, y mi misión, y qué cosas podría aportar. Seguí escribiendo en mi solitario diario de parlamentaria propuestas para hacerlas algún día: el Parlamento debe ser más previsor: la actividad parlamentaria debe apostar por la planificación propia y no solo por la que dictan oposición o gobierno. El parlamento tiene que saber si está haciendo bien lo que tiene que hacer: es decir, si en cada momento está haciendo algo que realmente sirve a los ciudadanos o no. No debe competir por decir: “en esta séptima legislatura hemos aprobado más leyes”, sino mejores leyes. No creo que el presidente me haga caso pero de una u otra manera se lo haré llegar..

Miércoles 4 de julio 2007 ( 10’34 )

Por otro lado seguía muy vinculada al sector en el que había estado gobernando casi 12 años, y cuyas empresas y profesionales sí que me sentía como pez en el agua planteando ideas nuevas. El lunes 2 de julio un grupo de estos y yo le planteó al candidato a presidente del gobierno un proyecto que le vendimos como que podría ser un proyecto paraguas que apoyara todos sus objetivos de aquí al año 2015. Al candidato se le iluminaron los ojos con esa idea. Y eso que nos miraba con escepticismo, y yo que le conozco -es del pueblo de al lado del de mis padres- no va a cambiar porque siempre ha sido desconfiado, siempre. 

Ahora visto de lejos aquel proyecto tan bonito, lo acogió con escepticismo y no le dio el abono suficiente. No aprovechó las personas preparadas que tenía cerca, venían de un equipo anterior. Y ese equipo había que borrarlo de la faz de la tierra. 

Hoy día en 2023 sigo pensando en los nombramientos políticos (de todos los partidos) y no los entiendo. Sí, entiendo cuando me dicen “oye, esto es política” y “funciona así”, “es lo que hay”. Tenemos que colocar a la gente del partido. Ahora, a finales de junio de 2023 estamos en esa fase de pre nombramientos y saltan nombres para un puesto y para otro. Y es curioso, donde único se buscan profesionales cualificados de verdad es para la Consejería de salud y para  la de obras públicas carreteras, ¿el resto que pasa? ¿no importa? Ah sí, hay un sector que sí importa y es el mejor lobby que tenemos, tanto es así que el lobby de la agricultura ha propuesto al futuro presidente un nombre para ser consejero de agricultura y el futuro presidente -dicen- que lo ha aceptado.

Si uno lo piensa bien, la culpa no es solo del gobierno, sino del resto de sectores económicos y sociales que no están así de bien organizados. Pero si el pensamiento lo giro no puedo dejar de preguntarme ¿cómo es posible que un gobierno, el que sea, no se preocupe por intentar poner a los mejores en cada sector? ¿cómo es posible que no se den cuenta de cuánto retraso pueden ocasionar a sectores con futuro que se quedan atascados porque no funciona la parte pública? Esta tierra no sale adelante si no hay colaboración público privada, y para eso hay que saber que hoy el mundo se ha especializado, y que igual que a nadie se le ocurriría poner a un violonchelista profesional como jefe del sistema de salud, tampoco debería ser admisible que pongan a un contable, ni a un cocinero, o un galerista de arte, por el mero hecho de ser del partido, al frente, por ejemplo, de los científicos que estudian el sistema solar. O de los institutos científicos que estudian las enfermedades tropicales y consiguen vacunas que salvan vidas.

Pues eso es lo que ocurrió en 2007, y también después, y luego cuando gobernó el PSOE y me temo que está ocurriendo ahora. Y eso no es lo peor. Lo peor es que se barajan nombres para repetir en los mismos puestos de sectores económicos donde ya estuvieron y lo hicieron fatal. 

Esto lo va descubriendo una con los años, claro, y es tan común ver una dirección general o una consejería paralizada años simplemente porque no se ponen al frente las personas correctas. Hay direcciones generales donde yo lo he visto con una nitidez, por cercanía, que me aterra pensar qué estará pasando en otros entes.

Por no hablar de la igualdad. Que avanza más lentamente que una tortuga.

Miércoles 11 de julio 2007.

Ayer nuestro candidato hizo un discreto discurso de investidura. Hoy tenemos otra vez todo el día parlamento. Seguro que mejorará en la réplica, siempre lo hace. En el grupo parlamentario no me dieron la comisión de lo que yo sé, lo que ha sido mi trabajo los doce últimos años. Razón: es que vas a saber más que la consejera nueva del área y ella quedaría fatal. Me quedé sin palabras. 

Luego, fuera de la reunión de grupo un compañero parlamentario me dijo: 

- Ya ves, la táctica más habitual en los partidos es darte lo que no quieres… 

- ¿Para qué sirve eso?  Si lo que quiero es lo que domino.

- Tonta, pues para probar tu capacidad de aguante, supongo.

- Que estupidez. 

- ¿Qué te han dado al final?

- La presidencia de la Comisión de Empleo, tema del que no sé sino lo que recuerdo de la carrera de Derecho: o sea nada.

No sé si esta es la primera o la segunda decepción en estos días de parlamentaria. Creo que la segunda, pero es una decepción muy grande. Me ponen a presidir un tema que no conozco y en la comisión del sector que más en profundidad conozco,  han puesto a uno que no tiene ni idea, y así todos menos los dos que mandan en el grupo, el portavoz y el presidente.

La siguiente decepción fue ser testigo de la pelea por las 7 plazas de parking que le corresponden a mi grupo parlamentario. Al final lo resolvieron con una formula infalible: las 7 plazas eran para los parlamentarios de mi circunscripción, que somos los únicos que llegamos en coche o andando al parlamento, y como el presidente y el alcalde no las necesitan una se la queda el portavoz de grupo, de otra circunscripción pero que está fijo en la capital y la otra se turna. Intenté enterarme de cómo era el turno pero no logré entenderlo. Luego nos dieron a cada uno un talonario de viajes, podemos viajar a donde queramos sin justificación.

-¿Pero no hay que justificar a donde se viaja y para qué? -pregunté como una tonta porque se e que todos los demás conocían el sistema.

- No, al parlamento no lo controla nadie, es soberano.

- Ya pero es dinero público

- Si quieres no te lo gastes o justifícalo como te dé la gana pero que les quede claro a todos que no es una obligación -sentenció el portavoz.

- Además el presidente invitará un par de veces al año a algunos parlamentarios a viajar a París o a la ONU, etc., por el tema saharaui o con motivo de reuniones interparlamentarias. Esos viajes los paga aparte la presidencia.

Creo que no llegué a utilizar nunca el talonario de viajes. Sentía una vergüenza que pensaba que era mía y que todos los demás no podían estar equivocados. Di por hecho que debía ser vital para los parlamentarios de circunscripciones más alejadas. 

Luego nos explicaron las dietas. O sea, además del sueldo, que es el mejor sueldo que he tenido en todos los años que estuve en la administración pública, por ir al parlamento a una reunión a mí me tocaban 65 euros, porque vivo cerca, a otros hasta 110 euros.

O sea, por bajar de mi casa al parlamento, que son unos 7 minutos para asistir a una comisión parlamentaria, además de mi sueldo, y el parking y los viajes me pagaban 65 euros más.

Jueves 12 de julio 2007 ( 7’16 )

Ayer, tras la elección de nuestro candidato como Presidente del Gobierno de la comunidad autónoma sentí una cantidad tal de emociones que me dejaron agotada. Estaba al mismo tiempo contenta y abatida, feliz y triste, pero sobre todo era una sensación muy intensa: como si me hubieran arrasado, por su frialdad, su frialdad total. Ese es el presidente que tenemos, un presidente frío como un témpano. Duro, curtido, una persona que va a gobernar todos y cada uno de los días que le toquen con hostilidad hacia los demás. 

Hoy anunciará su gobierno. Quizás sus consejeros aún no sepan que en lugar de tener un compañero van a tener a un rival que no sentirá apego personal por ninguno de ellos. 

No sé por qué me afectó tanto el parlamento de ayer, supongo que por sentirme parte de aquel acto tan mediocre  en general. En ese salón de actos al que no ha llegado aún el siglo XXI, y no sé, siento que existe algo allí que te roba la energía, al menos a mí. 

Lo único bueno del acto de ayer fue que el presidente hizo ayer una réplica muy buena: literalmente arrasó al candidato de la oposición y le dio hasta en el carnet de identidad diciéndole alto y claro que casi todo lo que dice es mentira, falso.  Me pregunto qué estaría pasando por la cabeza del anterior presidente durante todas aquellas horas.

Volviendo al día de hoy, en 2023, esa ha sido su evolución desde entonces, desde un estupendo y cercano alcalde de pueblo al político más frío y distante con quien me he tropezado en la vida. Distancia que le costó el puesto en 2015 pero que se llevó por el camino a la alcaldesa que mencioné antes. No me creerán si les digo que conmigo siempre fue amable y bastante cercano para lo que es su costumbre, y no estoy haciendo una crítica, sino una fría y neutral -creo-descripción de una personalidad política.

Volviendo a 2007, a parte de la buena replica, está claro que al candidato de la oposición le funcionan las mentiras, si no fuera así no hubiera sacado los escaños que sacó. Esas mentiras las repite incansablemente. Es agotador. Creo que es él quien me quita la energía. 

Quizá hubieron más excepciones, ahora desde 2023, no recuerdo muchas. Si que colocó a las dos únicas personas que el presidente ha permitido que le acompañen a lo largo de los años. Y sigue, ya fuera de la política, dándoles cobijo.

Martes 24 de julio 2007 ( 12’40 )

No sé por qué no escribo más, con la de cosas que se están sucediendo velozmente en mi entorno. Llevo participando con discreción en el tema del nombramiento mi sucesor casi todo este mes. Hablé con el presidente la semana pasada en el parlamento. Me llamó para preguntarme por la empresa que dependía de mí. Al final, por fin, ayer llamó al mejor candidato y este aceptó. Estoy contenta porque en mi puesto de antes hay un profesional que conoce bien la materia y es bien visto por los empresarios y profesionales del sector económico. Una excepción. Lo malo es que por encima tiene una consejera, y me entristecen algunas noticias que me llegan sobre mis antiguos compañeros de trabajo: están siendo tratados con desprecio desde el Gabinete de la nueva Consejera, y sé que no exageran porque me gocé en mi propia casa, una desagradable conversación entre dicha Consejera y una periodista en relación con un acto programado por mí con muchos meses de antelación a las elecciones. La tristeza la siento por lo innecesario del daño que se causa cuando alguien nuevo llega al poder y para demostrar que lo detenta hace cosas como suspender licitaciones en marcha, planes, o actos ya programados que no tiene ningún sentido suspender.

Triste pero no asombrada, ya viví similar situación en 2003.

Desde el 12 de julio no ha habido trabajo en el parlamento y ya nos vamos de vacaciones hasta septiembre. Flipante. Tengo que hacer algo o me muero. Casi todas las preguntas parlamentarias que he hecho de momento me las han rechazado. Razón: no podemos agobiar así al gobierno. Ser diputada del grupo parlamentario que gobierna es lo peor que te puede pasar como parlamentaria porque no puedes decir lo que está mal, no puedes preguntar lo que necesitas saber y solo se espera de ti que seas obediente. Nadie quiere que pienses.

Jueves 6 de septiembre 2007 ( 10’46 ) 

Hace una semana que empezó septiembre y no han convocado ninguna reunión. Estoy en la planta 7 de un hotel, habitación 705, enfrente de mí solo veo el mar, y algunas copas de algunas palmeras, desde donde estoy escribiendo, si me levanto y me asomo al balcón veo las montañas y la costa norte. También se oye el ruido del mar intensamente, y algunos niños a lo lejos nadando en la orilla. Todo brilla bajo este sol implacable de septiembre. Hay mucha luz durante todo el día. Aún huele a verano. 

A veces voy a la ciudad. Un amigo me contó una anécdota divertidísima: han dado la orden en el Gabinete del Presidente de que se cambiara el móvil largo del Presidente todos los lunes para que no lo tuviera nadie, ni siquiera los consejeros.. En fin, a qué tonterías lleva el desapego, y no es solo eso es también ser inaccesible. El antiguo presidente era justo al revés.

Veo al expresidente todavía algo descentrado, como yo, pero más activo y más feliz que yo. El desborda alegría por empezar una nueva vida.

Me han llamado para decirme que el parlamento no comenzamos hasta el día 19 de septiembre, día que hay un pleno extraordinario sobre el Estatuto de Autonomía, pendiente de aprobación en Madrid,  que el candidato de la oposición va a dejar morir por puro capricho suyo.. Supongo  que el 17 o 18 habrá una reunión de grupo previa. Por lo tanto vuelvo al mar. Los parlamentarios tenemos un verano más largo que los niños de primaria.

Viernes 7 de septiembre 2007 ( 22h ) 

Estoy escribiendo en la terraza de mi habitación viendo las olas y escuchando como el mar choca contra las rocas y la arena. Hoy ha hecho un día increíble, uno de esos días en que duele la belleza de  la naturaleza. Una suerte poder vivir momentos así. Las montañas han estado alucinantemente bonitas todo el día, el valle de al lado hoy no se ha cubierto de nubes. La puesta de sol, con el perfil del paisaje lejano perfectamente visible ha sido de ensueño, y ahora el tiempo es fantástico, no hace ni pizca de frío pero corre una ligera brisita que hace que la sensación sea de aire saludable y limpio. 

Se puede respirar profundamente. Suelo venir de vez en cuando al norte. En la capital, que es estupenda para vivir, falta algo: la naturaleza salvaje de otras zonas de por aquí.

Hoy he estado trabajando en algunos proyectos que me rondan por la cabeza. La semana que viene pediré la compatibilidad para el ejercicio de la abogacía. Es de las pocas cosas que el reglamento del parlamento nos permite hacer. Y lo haré porque si no me moriré de aburrimiento.

El mar está en absoluta calma. Vendrán más pateras. Miro las noticias en Google, efectivamente, han muerto varios inmigrantes al volcar otra barcaza ayer, estos pobres tuvieron peor suerte. Otros como ellos llegan, y les acogemos como podemos, trabajan en cualquier cosa y van saliendo adelante, y se olvidan de sus depres y sus neuras y sus preferencias porque lo importante es salir adelante y poder enviar dinero a sus familias. Supongo que ese sentido de centrarse en lo importante es algo de ellos que debemos recuperar nosotros tan metidos de lleno en la sociedad de la opulencia. O soy yo enfrentándome al vacío de la vida parlamentaria.

Jueves 13 de septiembre 2007 ( 17h ) avión a Barcelona 

Como seguimos sin reuniones me voy a Barcelona. La predicción meteorológica es que mañana lloverá..  En estas fechas cercanas a la Mercéd siempre llueve.

Lo he estado pensando, quiero dejar la política ya, no dentro de 4 años. Sueño con no ser reconocida, con ser anónima otra vez. Una ciudadana más, solo una más. Así me siento en Barcelona.

A  la vuelta se lo plantearé al presidente o al portavoz, no sé, a quien me encuentre primero. 

El expresidente se ha comprado un ordenador Mac, como el mío. Me llama y es de agradecer que me llame para preguntarme dudas, él se ahorra mucho tiempo y yo me siento honrada de poder ayudarle. Esto no suele ser normal es maravilloso escucharle y saber de primera mano qué fue lo que sucedió en tantos y tantos expedientes que siguen en marcha cuando se acabó su legislatura y comenzamos esta otra.

En realidad, lo de ser anónima en el parlamento ya casi lo soy. Me gusta estar en la sombra (mediática) la verdad. No echo de menos las ruedas de prensa, ni los actos públicos, nada de nada. A mis amigos periodistas les resulta difícil de creer pero soy absolutamente sincera cuando lo digo. Tal vez con el tiempo lo eche de menos pero por ahora no. Estoy muy bien en la discreta sombra que el parlamento proyecta sobre todos los parlamentarios salvo los cuatro portavoces que hay.

Pero soy contradictoria, antes de subirme a este avión estuve horas comentando con el grupo de personas que está trabajando en el el proyecto que queremos poner en marcha, con mi sucesor, le decía que tenía que tener un año dedicado a la innovación, y que debía ser el año 2008 donde se dieran multiplicadas ayudas a proyectos innovadores de todo tipo, por todas las consejerías a desarrollar a medio y largo plazo. Le dije que si no consigue involucrar a otras áreas estará cojo. Es extraño. Estoy todo el día trabajando, escondida,  para cosas del Gobierno. No me entiendo.

A todo el entorno del anterior presidente lo están borrando del mapa. Creo que soy la única que queda en pie. Al anterior viceconsejero de la presidencia lo han puesto en un despacho enano con la fotocopiadora donde se tuesta al calor de la máquina, por citar un ejemplo. Volver a su puesto de funcionario le ha supuesto que sus propios compañeros de partido, que es el mismo que el mío, le hagan morder el polvo y le humillan sin sentido cuando todos sabemos que es un buen técnico que se metió a político temporalmente y porque se lo pidió su jefe anterior.

La mujer del presidente del gobierno, esto no lo había escrito, es ahora concejal del ayuntamiento de la capital, aunque ella no es de aquí. Cosas que pasan.

Me preocupa lo que dejé atrás, tangencialmente. Digamos que acabé saturada de algunos asuntos. Quiero despreocuparme pero del todo no puedo.

Domingo 16 de septiembre 2007 ( 12’01 ) avión de vuelta de Barcelona.

El jueves fuimos a un evento de unos amigos austriacos y otros amigos nuestros de Barcelona –que adoran la etapa Maragall  y que, como yo- no les gusta nada el alcalde nuevo. Voy al cine, leo revistas como Monocle, me aburro como una ostra. Me siento inútil.

Miércoles 26 de septiembre 2007 ( 19h ) avión a Barcelona de nuevo

Vuelvo a Barcelona hasta el domingo porque no soporto estar en mi tierra. El solo contacto previo con el parlamento y su mediocridad de la semana pasada me ha puesto de mal humor.  El debate sobre el Estatuto fue tan pobre y gris, que ni tomé notas. Empezando por el portavoz de la oposición que sigue mintiendo descaradamente y dejando a todos a la altura del betún y acabando por los nuestros. Que falta de altura de miras, de calado, de todo. Que pena.

¿Soy cómplice de dicha mediocridad porque participo y no me voy? Lo planteé, le dije al presidente que quería dejar la política ya y me dijo que no puedo irme.

- ¿Por qué?

- Porque no queremos que entre el número 8 de la lista. Ya sabes que es de otro partido, así que tienes que aguantar los 4 años, te lo pide el partido y te lo pido yo ¿lo entiendes? Te necesitamos ahí. 

- Pero qué más da que entre el hombre si total en el parlamento no te dejan hacer nada salvo que seas portavoz

- No sería tan obediente. Ya le conoces.

- ¿O sea que estoy en el parlamento para ser obediente?

- Venga ya, no seas tonta, llevas mucho tiempo en política, ¿cómo tengo que pedírtelo?

- No hace falta que me lo pidas de ninguna manera, ya lo entendí, me tengo que quedar. 

Ese día empecé a pensar en ir a un psiquiatra que me ayudara a la transición entre no parar ni un minuto a no hacer nada. Entre sentirse útil a sentirse justo lo contrario.

Sábado 29 de septiembre 2007 

Aún estoy en Barcelona. Las cosas que tengo claras por la mañana me parecen borrosas por la noche. No he hecho planes pero algo he escrito, asumido que me tengo que quedar toda la legislatura he estado en qué hacer, alguna forma tiene que existir de ser útil.

Mis amigas me dicen que no me doy cuenta de que tengo una oportunidad de oro: cuatro años de parlamento y mucho tiempo libre, ellas saben que el trabajo de parlamentaria rasa lleva sus horas, pero no muchas, porque nadie en esa institución parece interesado en que trabaje. 

Mis amigas dicen que tengo que aprovechar ese tiempo que me queda libre para irme reciclando para volver a la vida privada. Que a mi edad estoy en el límite y que el Derecho, mi carrera, requiere estar constantemente actualizada. Tienen razón. Pero me siento mal ante esa decisión de aprovechar el tiempo del parlamento para otra cosa que no sea la vida parlamentaria. Pero sé que esa vida parlamentaria no existe. No existimos. Somos una caja de resonancia que solo se escucha a sí misma.

Domingo 30 de septiembre 2007 ( 10’20h )

Volviendo de Barcelona sobrevolando el país, todo está seco, salvo los bordes de pequeños ríos que parecen oasis desde los miles de kilómetros de altura a los va el avión. El verano aún está presente. Llevo todo el vuelo radiante. Me viene bien venir a Barcelona sola porque allí pienso con tranquilidad, aprendo, siempre he aprendido de esta ciudad. Me siento libre, libre del todo, de ir a un restaurante o al cine sola, de no dar explicaciones a nadie y de concentrarme en mis propios pensamientos.

He decidido que mañana comienzo a trabajar en serio. No es que cambie nada con respecto a hoy o a la semana pasada es solo una decisión personal: hasta ahora he estado observando pero no comprometida: Tengo la sensación de que, quizás para no sufrir, aparqué el cerebro en junio y no lo he vuelto a activar porque cuando me activo me rodea el desasosiego pero ahora que estoy dispuesta a subirme al caballo de mi vida, a no frenarle más sino a dejar que lleve con suavidad por los caminos que quiera transitar. Es el único deseo, el único fin, la única pasión política que me hace vibrar: intentar colaborar para llevar a toda la gente que sea posible a tener en mi tierra las condiciones necesarias para la felicidad. Como dijo el anterior presidente.

O sea, ni caso a mis amigas. Sigo empeñada en buscar alguna esquina por la que colarme en el parlamento y ser útil. 

Mientras tanto seguiré escribiendo este diario porque dice la revista Bestlife de este verano que las personas que escriben su biografía tienen un 11% más de probabilidades de sentirse contentas y un 17% de ser optimistas.Es una forma de hablar de mis preocupaciones conmigo misma. Escribir, como ahora, me ha ayudado muchas veces a relativizar mis problemas y ponerme en mi lugar, no soy el centro del mundo. Solo soy una mota de polvo de un instante mínimo en un universo infinito. 

Mañana empezaré a poner en marcha muchas acciones, aunque sean pequeñas, aunque solo tengan repercusión en mi barrio, por libre y sabiéndome sola. Pero algo conseguiré. 

Miércoles 3 de octubre 2007 ( 8’33 )

Ayer me dieron la compatibilidad para el ejercicio de la abogacía.

Tuvimos reunión de grupo para analizar la agenda hasta navidad. Pregunté por qué no se convocaban más reuniones los mismos días para aprovechar y me miraron todos como si estuviera loca. Caí enseguida, me había olvidado de las dietas… pagan igual por una reunión que por cuatro. Así que los días parlamentarios consisten como mucho en 2 comisiones. Salvo los días de pleno.  El optimismo de Barcelona me duró poco.

Voy viendo que la normalidad aquí es llegar al parlamento a las 10 de la mañana y marcharte a las 12. Los parlamentarios como yo, que no tenemos otra labor que presidir una comisión, hacer preguntas y proposiciones no de ley que luego censura el portavoz, no tenemos más trabajo que hacer. Empiezo a sentirme deprimida otra vez. Lo atribuyo a que he pasado de la montaña rusa que era el gobierno a esta tranquilidad. Pero no es solo eso, es que es una tranquilidad estéril. No logro encontrar ninguna acción o propuesta que no moleste a uno o a otro.

Miércoles 10 de octubre 2007  ( 09’30 )

Hoy y mañana tenemos pleno. Qué vergüenza el periódico de hoy. Titular: Un técnico imputado en “el caso X” (como le llamaremos en este diario) fue clave en la venta de una empresa pública al redactar un informe favorable a la transacción, 48 horas después del dictamen en contra del Interventor municipal. Lo que es no entender los procedimientos administrativos y qué bien funciona eso de tergiversar. 

Ese es otro gran problema de la política, la falta de formación de los políticos en derecho administrativo y contratación pública. Es tendencia creciente cada año más que el mando lo tienen los técnicos municipales, o autonómicos. Tiene que ver con mis reflexiones del principio sobre los nombramientos. Es un error de cualquier gobierno nombrar a gente no preparada para la materia que tiene que dirigir y administrar. Si no tienes ni idea de derecho administrativo, lo mínimo, de lo que implica la administración pública cualquier técnico te dirá que no se puede hacer lo que tu pretendes. O tendrá más credibilidad que tú. Lo que está pasando en la capital va a estallar en parte por eso. Y en parte porque hay otros que sí nombran a personas que manejen la justicia de manera poco ecuánime. Esto es la política, ya lo sé. Y los periodistas igual de formados y con altavoz.

Regresando a mi visión desde 2023 nunca podré agradecer suficiente que cuando peleé por mi primer cargo público en 1991 no me lo dieron, pero me pusieron como una especie de becaria con la tarea de ir recogiendo información de todas las áreas para confeccionar la memoria de legislatura de toda la institución. Toda esa recopilación de datos, ir departamento por departamento, me dio un conocimiento de la institución valiosísimo, y cuando el mejor jefe de mi vida, que es el ex vicepresidente de Canarias, me dio la oportunidad de empezar con mi primer cargo público, en 1995, tenía 25 años, era una temeridad pero él sabía que llevaba preparándome para eso varios años. Había terminado la carrera de Derecho y trabajado también en Hacienda. Tenía experiencia laboral previa en un banco y en un despacho de abogados. Había hecho prácticas en Barcelona y además estaba muy relacionada con el que sería luego mi sector.  Aun así, además de lo anterior, lo primero que hizo fue contratar para todos los nuevos un master en Administración Pública que cursábamos todos los sábados, incluido él. Duró un año entero y solo a partir de entonces me dijo que ya estaba preparada para enfrentarme sola a mi área de gestión. No soy yo quien puede valorar esos años, ya lo harán otros cuando toque.

Sábado 13 de octubre 2007 ( 19’55h )

El Nobel de la Paz de este año se lo han dado a Al Gore. Lo ha ganado todo en un año pero no fue presidente de USA. Debió ser terrible para él. Debe serlo aún. Llegar hasta ahí y quedarte sin la Casa Blanca por un mal recuento de votos.  Dicen que han recogido 130 mil firmas para que se vuelva a presentar a las elecciones. También hay periodistas que afirman que no extrañaría que él mismo esté detrás de eso. Pero yo creo que ya se le pasó la ocasión. A veces pasan estas cosas. Te eliminan del camino de la política.

Sigue defendiendo los peligros del cambio climático, este año estuvo en el World Economic Forum en enero de 2023. Pero no pasará a la historia como presidente de Estados Unidos. Pero ¿qué más da? Hay muchas más cosas en la vida. 

Lunes 15 de octubre 2007 ( 11’36f )

Aprender a manejar la libertad de uno no es tan fácil. Como dice Pesoa (en su libro sobre el desasosiego: “ Para realizar un sueño es preciso olvidarlo, distraer de él la atención. Por eso, realizar es no realizar. La vida está llena de paradojas, lo mismo que las rosas de espinas.”

Quizás no debería leer a Pessoa en estos momentos, pero lo hago.

Quizás esa es la definición: una rosa, llena de espinas.

Pessoa dice: “ Tengo casas de campo en los alrededores de la vida. Paso ausencias de ciudad de mi acción entre los árboles y las flores de mi devaneo”. 

“La libertad es la posibilidad de aislamiento. Eres libre si puedes alejarte de los hombres sin que te obligue a buscarlos la necesidad de dinero, o la necesidad gregaria, o el amor, o la gloria, o la curiosidad, que en el silencio y en la soledad no pueden encontrar alimento. Si te resulta imposible vivir solo, has nacido esclavo.”

“Cierro, cansado, mis contraventanas, excluyo al mundo y durante un momento tengo libertad. Mañana, volveré a ser esclavo; pero, ahora, solo, sin necesidad de nadie, receloso tan solo de que alguna voz o presencia venga a interrumpirme, tengo mi pequeña libertad, mis momentos de excelsis”

Es similar a lo que hago estos días: como un caracol que se esconde en su concha.

Al mismo tiempo sé que soy una esclava en el parlamento.

Miércoles 24 de octubre 2007 ( 13’16 )

Los deseos se desvanecen cuando se hacen realidad

Los parlamentarios somos como los personajes de Balzac: que con tanto ardor desean lo que no tienen, pierden el ardor con la posesión de lo deseado. Personajes estos de Balzac super precursores de la ley erótica de Proust: cuanto más inaccesible es alguien más lo deseamos. De eso sí que sé un poquito.

Estoy en el parlamento, perdiendo el tiempo. Un día más sin permiso para hablar, porque lo que se dice parlar parlar parlan unos pocos muchas veces y unos muchos pocas veces.

Ayer se presentó una comisión de investigación para investigar las desapariciones de los niños Yeremi y Sara, al PSOE le ha sentado fatal, y los periodistas nos están dando leña, pero yo creo que es buena idea. Si hubiera –la policía- hecho lo mismo que se hizo en el caso Madeleine ¿igual las cosas serían distintas? Creo que por esos niños hay que intentarlo todo y al menos llega al parlamento un tema que preocupa a la gente de la calle. 

Yo la firmé, y el presidente también. La idea fue del alcalde. Eso me hizo dudar un poco. Algunas del grupo no estaban de acuerdo, pero nadie les preguntó su parecer. Lo comentaron por los pasillos y yo defendí la comisión porque creo que es una buena ocasión para que el parlamento empiece a cambiar y deje de estar anquilosado y lejos de la calle.

Con el paso del tiempo tengo que reconocer que no sirvió para nada. Esos niños siguen desaparecidos. Han pasado muchos años y son casos que se quedan abiertos, sin resolver. Nunca podremos saber si esa acción parlamentaria incentivó otras acciones policiales que evitaron que desaparecieran más niños. 

18’39h

Por fin, a finales de octubre me han dejado hablar. Perdí mi virginidad parlamentaria hace un rato, en la primera comparecencia de la tarde sobre la TDT, dije lo siguiente más o menos: La semana pasada el Tribunal Supremo confirmó que las autorizaciones administrativas otorgadas por la Generalitat, que han permitido designar los adjudicatarios de la TDT local en Cataluña, es nula de pleno derecho, lo que probablemente obligará al Ejecutivo de esa comunidad a revisar todo el procedimiento de adjudicación de concesiones.

Políticamente, podría alegrarme este pronunciamiento del TS, pero no nos causa regocijo el que Cataluña se retrase en esta materia tan importante para los ciudadanos, como, en cambio, sí se felicita el PSOE cada vez que consigue frenar cualquier tema que beneficie a los ciudadanos de esta tierra. 

No me alegro del revés catalán porque si realmente queremos estar en primera línea -como país- en el mundo global en que vivimos, con la TDT estamos tocando con las manos, con los ojos, con los sentidos, la utopía tecnológica contemporánea más apasionante. Descenderla al terreno prosaico de la política de bajo vuelo es empobrecedor. La televisión digital terrestre permite establecer la máxima intercomunicación y comunicación aquí y ahora. Y a la vista de todos. Las tecnologías de la información –entre las que se encuentra la televisión digital terrestre- promueven  la transparencia y el poder está cada día más en manos de la gente que elige lo que quiere saber y ver en cada momento.

Lo que el concurso de la TDT que ha adjudicado nuestro gobierno significa que dentro de 12 meses, en lugar de 6 canales abiertos más unas cuantas cadenas locales alegales, los ciudadanos de esta tierra tendremos 56 canales gratuitos más de televisión donde elegir. Y estos 56 pueden llegar a convertirse en más de 70 y en el futuro el nº podrá seguir creciendo. 

Y si hay fallos es porque es algo nuevo, en continua evolución, se regulará el propio mercado, las cadenas alegales desaparecerán, las buenas se transformarán. Lo viejo dejará paso a lo nuevo. Y las cosas cambiarán. La creatividad y los contenidos de calidad serán lo importante.

Las TDT nos inundarán de ideas, de contenidos nuevos, y eso es bueno para la democracia y para la libertad. Seremos un país más y mejor informado y, por lo tanto, más y mejor preparado para decidir nuestro propio y libre futuro. ( fin )”

Así que le perdí el miedo a esa tribuna donde estás tan cerca al hablar de los primeros escaños, en este caso el del presidente, que estaba allí y el de la oposición al otro lado, que por supuesto no paraba de murmurar por lo bajo en lugar de guardar el debido silencio.

Me había pasado la noche anterior estudiando para no hacer el ridículo. Estaba muy preocupada porque de la TDT solo había oído hablar como usuaria. Pero cuando escuché a otra parlamentaria que intervino en la tribuna antes que yo flipé (flipé en colores). No se había preparado su intervención en absoluto, no sabía de qué iba el tema pero se subió a la tribuna y escapó bastante bien para la media. A nadie pareció importarle. Luego otro fue un poco mejor pero tampoco por su conocimiento de la cuestión concreta que tratábamos sino por su larga experiencia como parlamentario.

Ese día me di cuenta por primera vez de que da igual lo que digas, nadie te escucha. Solo importan los momentos que presumiblemente van a salir en la tele, y esos no tocan nunca a una parlamentaria rasa.

Visto ahora desde 2023 hay que ver como la TDT y la tele en general ha perdido importancia pero sí que supusieron unos pasos importantes para llegar al mundo en el que vivimos ahora que está lleno de contenidos culturales digitales a los que la gente accede por diferentes medios, tablets, móviles, etc. que están dejando a la tele en un lugar mucho menos importante que el que ocupaba antes. Y por tanto ya no funciona manipular la tele desde la política, en realidad ahora mismo nadie sabe con certeza si está siendo manipulado o no. No obstante creo que una televisión pública sigue siendo importante por servicios no como los convencionales de noticias sino para poder informar a toda la población en casos de emergencia climática o similares.