Que alegría sentir hoy de nuevo al equipo de Adán tan cerca, tan feliz, bajo las paredes de piedra roja del salón de la Presidencia del Gobierno de Canarias, acompañando a Daniel Cerdán en su toma de posesión como Comisionado de la Transaparencia de estas islas.
Que alegría verles de nuevo a todos reunidos en torno a un amigo, a Daniel, homenajeando a otro amigo, a quien tanto nos dio y tanto nos unió para siempre. Qué sensaciones tan especiales y que energía tan limpia y positiva reinaba en el ambiente.
Qué diferencia con todo lo demás. A medida que pasan los años, desde que dejó el gobierno en 2007 y desde que murió luego en 2010, cada vez se crece más a los ojos de todos. Hemos ido comprobando, cada uno en el lugar a donde nos ha llevado la vida, que jamás hemos vuelto a tener tan buen jefe, tan buen maestro, tal solidez de persona a nuestro lado. Creo que todos hemos ido constatando entonces que fue una época mucho más especial de lo que teníamos conciencia entonces. Especial gracias a él y a lo que él supo sacar de cada uno de nosotros: lo mejor.
Por eso me quedo con lo que decía hoy Daniel en su discurso, a Adán lo hacemos cada día más grande en nuestro interior, cada vez que pensamos "qué haría él" en tal o cual circunstancia, lo situamos más cerca de la vida que perdió hace casi 5 años. Es curioso como puede ser cada día más importante su enseñanza, su estilo, su manera de afrontar el mundo, en los que le conocimos de cerca. Me reconozco su leal discípula aunque se que casi nunca le llego ni a la altura de los zapatos pero él debe saber que lo intento todos los días...