Leo este artículo de Antonio Díaz Mendez y enseguida pienso en compartirlo:
"Entramos nuevamente en recesión y cabalgamos entre los 5 y los 6 millones de parados, sobre los que sigue recayendo el peso principal del ajuste. Ellos y las clases medias son los principales “sufridores” de eso que se ha dado en llamar “haber vivido por encima de las posibilidades”. En este contexto, y con una deuda privada del 320 % del PIB -muy por encima de la media de la UE-, mientras la pública se mantiene en torno al 70 % del PIB -por debajo de la media de la UE- casi nadie niega la necesidad de realizar ajustes en las Administraciones Públicas. Otra cosa muy distinta son los plazos, ritmos y flexibilidad para llevarlos a cabo.
En esta tesitura, algunos datos comparativos con otras Administraciones europeas merecerían cierto análisis y un debate sosegado. En relación al número de funcionarios, que en 2011 ya han empezado a descender, situándose en 3,16 mm. de personas (32.400 menos que en 2010) -dato facilitado por Expansión aunque su titular ponga el acento en lo contrario-
http://t.co/KCNEZ2yR , diferentes fuentes y expertos @francisco_longo apuntan que estamos en una situación intermedia en relación a dichos países europeos, situándonos en un 13,5 % de funcionarios sobre la población activa, lo que nos coloca por debajo de Países nórdicos, Francia, USA o Australia, aunque ligeramente por encima de Alemania, desmintiendo en todo caso algunas campañas al respecto. Cada vez está más claro que nuestro problema no es de “exceso de funcionarios”.
Otra cosa sería hablar de su distribución, asignación, duplicidades o productividad… Ahí si tenemos un gran debateAlgunos datos de la OCDE anteriores a 2010 respecto a coste salarial y horas trabajadas en el sector público europeo, apuntaban la existencia de margen en las Administraciones españolas para mejorar la productividad. El debate está totalmente abierto y con diferentes aproximaciones , como la aportada por F. Mora en
http://losempleadospublicos.com/2012/01/26/a-la-caza-del-funcionario¿Cómo afrontar , y dónde debe estar el límite a los citados ajustes en las AA.PP? ¿cómo mejorar la productividad del sector público, crítica para la competitividad del país, sin renunciar a una función pública y empleo de calidad? ¿hay que poner en cuestión el ejercicio de derechos básicos de nuestro modelo de relaciones laborales? ¿se están empezando a pasar algunas líneas rojas en este sentido? .
Tras una reducción salarial del 5 % en 2010, y varias congelaciones, junto a la reciente homologación horaria, el debate hay que empezar a plantearlo sin duda en otros términos y otras maneras de mejorar la productividad, como ya hemos señalado aquí :
Vamos ya por la “segunda ola “de recortes y ajustes, sin que hasta el momento se haya vislumbrado ningún proyecto global de reformacon un modelo definido de “hacia donde vamos” con los cambios. Desde el enfoque hacia una Administración inteligente, debemos apostar por definir ese modelo global o al menos aportar itinerarios de referencia. Sin duda debemos aprovechar la crisis para vencer resistencias e impulsar una gestión integral del cambio, y en esta senda, a mi modo de ver, se deberían abrir reformas a fondo en nuestro sistema público al menos en 4 líneas de avance:
1.- Clarificar y reajustar las competencias entre Administraciones, evitando duplicidades y despilfarros.
2.- Reorganizar internamente cada nivel de Administración (cada uno debe “poner orden” en su casa) e implantar sistemas de gestión de calidad, orientados a la eficiencia (costes), y hacia los ciudadanos.
3.- Colocar al frente de los cambios a directivos profesionales, capaces de motivar y dar sentido al trabajo de los excelentes equipos existentes. Sobre la dirección pública ver la sugerente aportación de O. Cortés en
4.- Implantar Iniciativas de Gobierno abierto y transparente, gestionando el gran caudal de conocimiento interno, y aprovechando las tecnologías y las redes sociales para abrirse a los ciudadanos,
A partir de estos ejes de reforma, quizás seamos capaces de entender las nuevas demandas de los ciudadanos en este “cambio de época” en el que estamos inmersos, y definir sin prejuicios nuevos modelos de intervención desde lo público, tarea en la que muchos buenos profesionales están empeñados.
En los próximos meses veremos si somos capaces de avanzar en esos cambios. Si nos quedamos en el punto 1º estaremos solo en los recortes. Si avanzamos en el 2º punto haremos también ajustes, y si profundizamos en ese eje y nos adentramos en el 3º y 4º quizás estemos iniciando reformas y un cambio en profundidad hacia una Administración más Inteligente
Finalmente, es obvio decir que este proyecto deben liderarlo los políticos y la política, por muchos que sean los déficits actuales en sus discursos y en sus prácticas, y en él emergerán también las diferentes opciones ideológicas y corrientes de pensamiento y acción -algunas interesantes se están aportando desde 15 M- para afrontar este cambio de época, en el que muchas ideas y propuestas seguramente han de ser totalmente nuevas…..pero ese ya es otro debate."