Veo el Teide nevado desde la ventanilla del avión. Es una montaña imponente. La isla está completamente verde. Es invierno, aunque en Tenerife eso sea equivalente a primavera. Aterrizamos en el aeropuerto de Los Rodeos. Son las 9:40 de la mañana. El sol brilla, aunque hace fresco. El aire es limpísimo. Me espera un coche de la policía, les pido a Jules y Pedro que me acompañen, vamos a Santa Cruz, a la Jefatura Provincial de la Policía Nacional.
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