Vicente Verdú, en su libro El capitalismo funeral equipara en cierta manera la Gran Crisis que padecemos hoy, a principios del Siglo XXI con la Gran Guerra que padecieron nuestros abuelos y bisabuelos a comienzos del SigloXX.
Y que, aunque ahora los cadáveres son metafóricos ( parados, empresas que cierran, fortunas que se hunden... ), en realidad nos pasa lo mismo que en una guerra mundial: nos convertimos en individuos incapaces de proyectar nuestro porvenir, con un destino que determina el azar porque no sabemos -como en las guerras mundiales- ni cuando va a concluir la "Gran Crisis" como él la llama ni si ya pasó lo peor o es lo que nos queda por vivir.
Ni las autoridades son capaces de anticipar nada, y es imposible pronosticar qué grado de desequilibrios estará creándose y en qué otro orden o caos va a derivar.
Y encima esta crisis es GLOBAL, afecta a todo el planeta, a países pobres y países ricos. O sea, no hay a donde escapar. Ni siquiera es posible formar parte de "la resistencia" porque ni sabemos a ciencia cierta quién es el enemigo contra el que combatimos
¿ Qué hacer entonces?
Todo está pendiente de un hilo, nadie puede predecir nada. Y el miedo nos hace ser precavidos.Puede ser como dices que esta sea como una tercera guerra mundial pero diferente.Puede ser.Pero qué nos queda por vIvir y qué pasará después nadie lo sabe.Ni siquiera parece que preocupe.Es como si estuviéramos esperando plácidamente a que alguien, no se sabe quien, lo resuelva.
ResponderEliminarEl enemigo al que tenemos que combatir para salir de esta Gran Crisis Mundial se llama SOBERBIA y sólo la HUMILDAD acabará con ella.
ResponderEliminarSiempre hemos estado en crisis. Lo que sucede es que antes algunos no lo sabían o no lo reconocían. La crisis no es sólo económica.
ResponderEliminarPero creo que lleva consigo algo muy positivo: la autocrítica. Y eso quizá pueda hacernos mejores, supongo. O quizá no. Al menos, más conscientes de lo que somos. Y quizá poner a todo el mundo en el lugar exacto que corresponde. Lo cierto es que el miedo nos paraliza y, sobre todo, el miedo al porvenir. Queremos convervar y conservamos el miedo. Pero vivimos dos días en este mundo. Así que quizá lo único que nos puede quedar es que seguimos estando aquí y que hay que seguir avanzando. Nosotros somos la solución. Y por ahí queda un camino abierto. Lo importante somos nosotros y nuestro entorno natural. Las economías capitalistas, socialistas, comunistas, el modelo que se elija, son creaciones, sistemas que pueden modificarse siempre, que podemos convertirlos en otra cosa más a la medida del futuro que queremos. No lo es todo. No lo es. Y siempre, si hay ganas de cambiar, habrá esperanza para seguir adelante sin miedo... Ahora sí que estamos en un nuevo siglo, con todo lo que implica de nuevo. Se han producido los cambios necesarios para entrar en otro momento de la historia. Es algo fascinante, en realidad, y difícil, claro. Así que hay que buscar nuevas soluciones, aprendiendo de los errores, avanzando cautelosamente sobre las huellas del pasado.
Por todo ello, creo que los gobiernos deben propiciar la libre iniciativa y no quebrar con determinadas políticas fiscales o administrativas la voluntad de trabajar de cada cual. Yo creo que es el momento en el que hay que trabajar más sabiendo que se cobra menos. Yo creo que es el momento en el que cada uno debe encontrar su propio camino y entre todos hacer progresar y hacer más flexible la sociedad.
Disculpa que intervenga otra vez, Dulce, pero es que la comparación de Verdú no es afortunada. No estamos en la misma situación que después de la Gran Guerra. Esta guerra mutiló a Europa y parte del mundo. Nosotros en este momento histórico que vivimos no hemos tenido una guerra de ese tipo. Si quieres referirte a las guerras del petróleo, o las de la antigua Yugoslavia, o al cambio climático, pero nunca serán lo mismo. Europa, Estados Unidos han vivido un momento de bonanza y han caído en picado. Es decir, la crisis viene porque al derrumbarse el muro de Berlín y caer el bloque soviético definitivamente, el capitalismo se vio totalmente liberado y sin frenos. La especulación de las burbujas avanzó desorbitadamente y pensamos que todo era maravilloso. Imposible. La sociedad no estaba mutilada como después de la Gran Guerra, sino que engordó, engordó e hizo aumentar las desigualdades hasta que estalló definitivamente. Y aquí estamos, rodeados por los restos de una nueva Roma quemada por Nerón, es decir, por todos los Wall Streets del mundo.
ResponderEliminarHola Versus, Vicente Verdú no dice que estemos como "después de" la Gran Guerra, sino "en" la Gran Guerra.
ResponderEliminarHola Turmalina, quizá un cóctel de soberbia, codicía, avaricia... pero dice Verdú que esto no habría funcionado si todo este cóctel no hubiera sido seguido por una "gran" parte de la población..
ResponderEliminarNo es lo mismo enemigo dificilmente identificable que enemigo inexistente.
ResponderEliminarQue la lubricada maquina de manipulacion de conciencias ( La caja lista o TV) nos haya hecho creer que esta situacion adversa es producto del azar es una idea tan absurda como asumida por la generalidad.
Claro que hay responsables. Esos son nuestros enemigos. Los pulcros hombres de banca y sonrisa conciliadora.
Su falta de moralidad y etica son el principio detonante de esta crisis.
¿Es el paro una enfermedad sin origen?
Surge espontaneamente o es surgida?
La situacion laboral actual es un producto gestado por los grandes empresarios y sus mecanismos de maximizacion de beneficios en detrimento de las condiciones del trabajador.
No hablemos de la Gran Crisis como una suerte de Big Bang. Eso no existe
Al igual que en la gran guerra aqui tambien hay causantes.
No seamos estupidos y credulos.
Otra cosa sería hablar de esta crisis como algo totalmente necesario...
pero no tengo ganas de escribir mas.
De todas formas, si algo esencial hay que aprender de todo esto es que se puede vivir y ser feliz sin esta abundancia desmedida. Y hay que comprometerse para solucionar los problemas sociales entre todos. Son momentos de crisis, de gran crisis, pero también deben ser de gran solidaridad.
ResponderEliminarPero que aunque existan causantes, que los hay, esta gran crisis no se hubiera producido sin una mentalidad colectiva que propiciara la burbuja inmobiliaria, la necesidad de créditos desmedidos, que fuera en esa dirección. Yo te doy lo que tú necesitas, no hay ningún problema, tu quieres esto, yo te lo doy, no hay límites... Estas cosas suceden porque también hay un impulso, una dirección colectiva. Y la masa piensa, aunque algunos crean que no.
ResponderEliminarCreo que todos somos responsables desde el momento en que permitimos que eso se produjera. Se sabía que no se podía durar eternamente así.
Y hasta que no aceptemos que la riqueza desmedida de unos es la pobreza desmedida de otros, no empezaremos a ver la realidad.