lunes, 3 de octubre de 2016

El diamante de Amberes. Arquitectura de Zaha Hadid

El diamante de Amberes


Desde la muerte repentina y triste de Zaha Hadid en marzo de 2016, el estudio que lleva su nombre no ha parado de terminar la enorme lista de obras pendientes diseñadas por la prolífica y pionera arquitecta que, según se cuenta en el mundillo arquitectónico, tiene trabajo al menos para 20 años más.


La última es quizás una de sus creaciones más llamativas, la Port House de Amberes en Bélgica, que no es que destaque especialmente entre sus creaciones, pero que admiro por su valentía y rotundidad, no solo la de la arquitecta que lo diseñó sino la de las autoridades portuarias que tomaron la decisión de dejar en manos de Zaha la creación de su nueva sede.

En qué momento una ciudad decide tomar una decisión tan arriesgada y cómo suceden estas cosas es algo mágico que solo ocurre en determinados momentos históricos, cuando coinciden determinadas personalidades espléndidas e interesantes a ambos lados de la mesa. Y es así como el segundo mayor puerto de Europa después de Rotterdam ha dibujado una nueva historia en el horizonte de Amberes. La ciudad, centro de comercio mundial y pionera en la industria del diamante, tiene ahora una nueva y centelleante gema de la que disfrutar y presumir.

Sólo había una norma establecida en el concurso de ideas que se convocó al efecto, a saber, que el edificio original (una antigua estación de bomberos) tenía que ser preservado, que no es poco. Imagino que una comisión de patrimonio histórico de la ciudad puso esa condición sin tener ni idea de que era posible conseguir algo como lo que Zaha ha conseguido, que es poner Amberes en el mapa y que su nueva sede del puerto de la vuelta al mundo en pocos días y esté publicada en cientos de medios de comunicación. No sé si Marc Van Peel, presidente del Puerto de Amberes, pretendía este efecto pero es lo que ha pasado.

No había otros requisitos impuestos para el posicionamiento del nuevo edificio. El jurado fue valiente, aunque supongo que también se mostró sorprendido al ver un diseño de formas tan contundentes. Fueron cinco los equipos de arquitectura preseleccionados en aquel concurso de ideas, todos optaron por una estructura moderna por encima del edificio original pero el diseño de Zaha Hadid fue el más brillante.

No hace falta decir, pues no hay más que verla, que la nueva Port House es atrevidamente experimental,  una de esas obras de arquitectura de la que te enamoras perdidamente o la odias vehementemente, sin que sean factibles medias tintas, pues ser indiferente a un edificio que parece una nave espacial gigante, o la representación de un meteorito, o algún tipo de cangrejo futurista, no sé, o un diamante que se ha posado de repente sobre la tierra venido de otro planeta, es imposible.

Me encanta la estructura cuando es de noche, iluminada usando el vidrio triangular alternativamente, transparente y opaca, con esas facetas que crea, como dicen desde el estudio de Zaha, ZHA "ondas como olas y refleja los tonos y colores (azules, naranjas, rosas) tan cambiantes, del cielo de la ciudad".

"Al igual que la proa de un barco, la nueva extensión apunta hacia el Escalda, conectando el edificio con el río en el que se fundó Amberes” dicen en el estudio de la arquitecta, lo que refleja una larga reflexión sobre el lugar, y es que, aunque parezca una nave espacial que de repente se ha posado sobre la tierra, hay detrás una sólida investigación histórica tanto del sitio como del edificio preexistente.

El patio central del antiguo parque de bomberos es ahora el área de recepción principal para la nueva sede del Puerto de Amberes. A partir de ahí, los visitantes pueden acceder a una sala de lectura y una biblioteca pública que ha sido restaurada en el salón de camiones de bomberos del histórico edificio, o acceder a la nueva extensión con su diáfana y luminosa zona de oficinas, restaurante, salas de reuniones y auditorio.

El estilo arquitectónico del edificio original nos recuerda el esplendoroso siglo XVI, que es considerado el Siglo de Oro de Amberes, y ahora el edificio de Zaha parece inaugurar otra etapa dorada y brillante de la ciudad. Felicidades Amberes, por esa valentía sobresaliente.

Dulce Xerach Pérez

Octubre de 2016.

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