viernes, 29 de enero de 2016

Apunte sobre el Centro de Cultura y congresos CKK Jordanki, Torun, Polonia, de Fernando Menis, por Ignacio Bosch Reig

ARTÍCULO: APUNTE SOBRE EL CENTRO DE CULTURA Y CONGRESOS, CKK JORDANKI DE TORUN (POLONIA)
AUTOR: Ignacio Bosch Reig, Professor in Architectural Projet. Polytechnic University of Valencia, Spain

La primera cuestión que surge al analizar la obra que Fernando Menis acaba de terminar en Torun (Polonia) como Centro Polifuncional: sala de Conciertos + Teatro + Congresos, que lleva por nombre CKK Jordanki, es el como se sitúa en el lugar. Era muy fácil caer en la tentación de realizar un edificio singular de gran magnitud presencial, que dominara en el entorno, dejando su impronta desde su fuerte dimensión (22.000m2), y su potente altura interior (30m) necesaria para absorber el peine escénico.



Sin embargo, el conjunto construido formado por cuatro piezas-fragmentos lineales, se nos presenta al exterior con un gran respeto por la escala del lugar, no sobrepasando la altura de cornisa de los edificios colindantes de 4 plantas, estableciendo un diálogo integrador con la naturaleza del parque frente al que se sitúa, así como con la tradición cromática y matérica de los edificios relevantes de la ciudad, construidos básicamente en ladrillo rojo, a la vez que define una zona de esa ciudad que se presentaba como un no-lugar, imprimiéndole un claro carácter, en forma natural, amable y a la vez sumamente atractiva, estableciendo una intensa vibración formal. 

El proyecto se adscribe con fuerza y radicalidad a la arquitectura másica, tensionada, descompuesta, dinámica y fragmentaria. Parece querer mostrarse en perpetuo movimiento, como ya lo hiciera magistralmente Borromini en la fachada de San Carlino alle Quatto Fontane. Aquí Menis lo consigue desde el juego de los opuestos: lleno-vacío, masa-fisura, peso-levedad, cerrado-abierto, ….  

Y ello en base a una traza compleja, de formas libres, descompuesta en fragmentos, reconocidos al exterior como piezas autónomas,  de diversa factura en forma, tamaño y tensión, decaladas entre si, definiendo entre ellas tres planos-fisura, que a modo de planos verticales de luz remarcan su independencia.  



Sin embargo, en el interior se nos muestra como un organismo complejo, con recorridos alternativos como si de un sistema en red se tratara, que es capaz de definir y establecer un espacio unitario, haciendo desaparecer la autonomía de las partes, para convertirse en un todo. Pero este espacio unitario se va reconociendo de forma encadenada, poco a poco y no de una vez: el espacio surge con diversidad de facetas, de opciones y con gran intensidad.

Es una arquitectura abierta a las necesidades del momento, capaz de transformarse en su capacidad (de 679 a 882 espectadores la sala grande + 278 de la sala pequeña), de modificar su forma y pasar de Teatro a Sala de Conciertos, Opera, otros tipos de música y eventos culturales contemporáneos,  o a espacio de Congresos, o de alterar su volumen disminuyéndolo-aumentándolo ajustando así el tiempo de reverberación, entre 1,15 segundos (para la palabra) y 1,85 segundos para sala de conciertos. 


Nos encontramos dentro de lo que se puede definir como un espacio-gruta, espacio envolvente, donde el ser humano se siente seguro, protegido y tranquilo,  que remite al inicio de nuestra existencia. Es el resultado de un equilibrado tratamiento del binomio razón-emoción, donde la potencia, la fuerza expresiva, la coherencia y la cualidad del espacio resultante, deriva sin duda de una continua búsqueda de experiencias sensoriales, pero a la vez de una profunda investigación de las cualidades acústicas, visuales, lumínicas y materiales, dando respuestas ajustadas a un complejo programa

En este empeño forma parte significativa el uso magistral de determinadas herramientas intemporales de la arquitectura, a las que me referiré a continuación, y de las que destacaré seis: el orden de acceso, la geometría, la contraposición, la cualidad matérica, el peso y la levedad, y la luz.

La secuencia compresión-tensión sostenida-descompresión, ya utilizada en forma muy lúcida por Menis en proyectos anteriores como el acceso al Tanque en Tenerife, se nos muestra aquí de forma soberbia, tanto en el sistema de accesos, como en los propios recorridos internos, conjugando la forma y dimensión del espacio con su texturación matérica, capaz de vibrar con la luz indirecta o rasante. 

La buscada libertad formal, ya definida por Piranesi como la libertad de acción del arquitecto, se trabaja aquí desde el profundo dominio de la geometría, utilizando el sistema del facetado triangular, con el que se consigue dominar las superficies de doble curvatura, sin que sus variaciones, añadidos o sustracciones interfieran en el conjunto. Ello sin duda, supone un dominio del espacio que solo cabezas privillejadas pueden asumir. 

Otro de los temas clave en Torun, es el entender el vacío como la sustracción del lleno, de forma que al igual que en la filosofía Zen donde lo uno y lo otro no se consideran opuestos sino que forman una solo unidad, aquí el espacio interior  (vacío), aparentemente opuesto a las piezas-fragmentos (el lleno), se integran en uno solo formando un todo unitario, al igual que lo hacía el maestro del vacío Eduardo Chillida.

Este planteamiento de obtener el espacio vacante como resultado de restar a la masa de dentro a fuera, horadándola, como si de una escultura se tratara, como ya se hiciera en el siglo XII en las Iglesias de Lalibela, esculpidas en la roca, es un mecanismo arquitectónico con el que Menis ha experimentado de forma continua como lo demuestran sus obras del MAGMA, la Iglesia del Santísimo Redentor, o elMuseo de Adeje, pero siempre utilizando un único material, el hormigón que se nos presenta con toda su fuerza material, unas veces encofrado con entablillado tensionado y otras “picado” como descubriendonos su composición interna.

Sin embargo, aquí en Torun, se le da una vuelta mas de tuerca a la solidez y expresividad de la fuerza intrínseca de la materia pesante, al contraponerla con la idea de la ligereza de una piel envolvente interior, ambigua en su expresión, pues por una parte se nos muestra con la cualidad matérica del hormigón de ladrillo rojo picado, que le imprime solidez y texturación, y a la vez se nos presenta como piel continua y autónoma, separada de la masa del hormigón que conforma el lleno, intentando ser tenue y etérea, contraponiendo el peso a la levedad.

Por ultimo cabe hablar del tratamiento de la luz, que o bien se filtra por las fisuras que a modo de grietas en la gruta se van formando en la “piel” envolvente interior y en la masa expresada desde el exterior, o bien surge con fuerza como planos de luz  vertical, que actúan de charnela entre las piezas-fragmento estableciendo su autonomía a la vez que su unión. En todo caso la luz es la que consigue que el ladrillo rojo picado, se nos presente como un organismo vivo, que va cambiando de cromatismo según nos adentramos en su interior, a lo largo del día y del año. 

En definitiva, nos encontramos ante una arquitectura propositiva, capaz de sorprender e incitar sutilmente al observador-visitante, estableciendo con él un diálogo, una estrecha relación que le permite a éste reinterpretarla sacando lo mejor de si mismo.

Una obra única, que ha sido capaz de aunar la alta cualidad formal, material y espacial, con un exquisito respeto por el entorno, y a la vez con una resolución funcional extraordinariamente sencilla.


IMÁGENES:

F-01: Integración en el entorno
F-02: Integración cromática.
F-03: Relación con el parque y la naturaleza
F-04: Arquitectura  másica, fragmentaria y dinámica
F-05: Plano vertical de luz desde el exterior y desde el interior.
F-06: Espacio transformable
F-07: Espacio gruta
F-08: Mecanismo de la compresión-tensión sostenida.
F-09: Facetado mediante la geometría triangular.
F-10: Piel envolvente y matérica.

F-11: La luz dese las fisuras.

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