sábado, 14 de marzo de 2015

Echando de menos a Frei Otto











jueves, 5 de marzo de 2015

Lunes, 2 de febrero de 2004, Tenerife


Veo el Teide nevado desde la ventanilla del avión. Es una montaña imponente. La isla está completamente verde. Es invierno, aunque en Tenerife eso sea equivalente a primavera. Aterrizamos en el aeropuerto de Los Rodeos. Son las 9:40 de la mañana. El sol brilla, aunque hace fresco. El aire es limpísimo. Me espera un coche de la policía, les pido a Jules y Pedro que me acompañen, vamos a Santa Cruz, a la Jefatura Provincial de la Policía Nacional.

(...)

domingo, 1 de marzo de 2015

Ovejas negras de la literatura: las mujeres


El más alto premio literario en lengua castellana, el Cervantes, se ha concedido solo a cuatro autoras, un 9% del total. El Cervantes es el último peldaño de la escalera de reconocimiento institucional, que suele empezar a subirse por el principio: el Premio Nacional de Poesía, Ensayo o Narrativa.  En los últimos 15 años, el de Poesía lo han recibido cinco mujeres (36%). El de Ensayo, dos (14%). El del Narrativa, ninguna: desde que Carme Riera lo obtuvo en 1995, todos los premiados vienen siendo hombres. Aquí no sirve el argumento de la generación: muchos nacieron en los años sesenta, o los setenta. Hay incluso quien ha ganado el Premio Nacional de Narrativa con una primera novela. No lo tienen o tuvieron, en cambio, narradoras de la talla de Esther Tusquets, Cristina Peri Rossi, Soledad Puértolas, Nuria Amat, Almudena Grandes, Rosa Montero, Belén Gopegui, Marta Sanz, o las catalanas (recordemos que el premio abarca todas las lenguas españolas) Mercè Rodoreda, Maria Barbal o Imma Monsó.

De todos los nombres de científicos, artistas, escritores… que mencionan los manuales de la ESO, solo el 7,5% son femeninos, con el agravante de que cuanto más contemporánea es la época tratada, menos mujeres aparecen (http://blogs.elpais.com/ayuda-al-estudiante/2013/05/escritoras-silenciadas-en-clase-de-litaratura.html). 

La cuestión es analizar cómo el establishment excluye a las escritoras; en qué consiste eso que se ha dado en llamar “la discriminación difusa”. Es un proceso que empieza por el principio: no las leen. Un estudio de los diarios de escritores españoles masculinos actuales nos muestra que leen mucho (en el diario comentan sus lecturas), pero solo a varones (Clarín, enero-febrero de 2012). Continúa en los suplementos literarios, en los que se reseñan, como media, 85 libros de escritores varones por 15 de escritoras (extranjeras de preferencia).


“El favoritismo se manifiesta también en los espaldarazos de todo tipo que entidades privadas o públicas dan a los literatos. Por ejemplo, en el periodo 2006-2012, la Biblioteca Nacional invitó a hablar en el ciclo La biblioteca de… a 32 hombres y 6 mujeres (16%); la Fundación Caballero Bonald lleva 10 años dando un premio de ensayo, siempre a hombres; la Mapfre por su parte concede otro, el González Ruano, a un artículo periodístico, y de las 36 veces que lo ha otorgado hasta ahora, 35 han recaído, oh sorpresa, en un varón…” (Laura Freixas, escritora y presidenta de la Asociación Clásicas y Modernas para la igualdad de género en la cultura.)

¿Por qué? ¿Ocurre lo mismo en el resto de Europa? ¿y en el resto del Mundo?