sábado, 9 de mayo de 2015

Tenerife, la isla surrealista y la naturaleza incontrolable de la imaginación.



Cuando, en mayo de 1935, se hizo la exposición surrealista de Tenerife, con los más importantes nombres de esta Escuela artística,  de las primeras realizadas con rigor en todo el mundo, nos cuenta Domingo Pérez Minik que “todo el mundo se quedó asustado, aturdido, extrañado.”

80 años después aún nos extraña que aquella osadía histórica fuera posible, y que los 76 artistas que aquella vez se exhibieron en las paredes de una sala de arte tinerfeña hoy pueblen las paredes de los más importantes museos del Mundo. Aquí, en Tenerife, no se vendió ni uno, económicamente fue un desastre, pero la riqueza de contenidos y posibilidades culturales que nos dejó fue inmensa, y aún hoy vivimos de aquella visionaria aventura cultural.



80 años después hacemos balance y nos preguntamos si es ya el surrealismo una vanguardia histórica o si aún sigue vivo entre nosotros, en las rocas volcánicas de formas increíbles de nuestra isla, en nuestra actitud y forma de ver el mundo, y llegamos entonces, de nuevo, a la misma conclusión que nuestro maestro Domingo Pérez Minik,  que nos recuerda que “el mismo André Breton escribió con aplomo profético que el surrealismo no constituía sólo una literatura, una filosofía de ocasión o cualquier apodo de circunstancias. El surrealismo era una manera de ser, asimismo de estar en el mundo, la intuición de entenderlo dialécticamente desde su comienzo, un comportamiento también, la naturaleza incontrolable de la imaginación”.


El surrealismo está presente en las cosas insólitas que nos siguen ocurriendo, en los sueños, las alucinaciones, el absurdo que nos rodea, y el que somos capaces de crear, el surrealismo vive hoy en los que nos atrevemos a ir a contracorriente. En las paredes del Círculo de Bellas Artes de Tenerife, hoy, en 2015, homenajeamos a los fundadores, agradecemos su valentía, su claridad de miras, su insólita osadía, y nos declaramos sus seguidores y herederos.

1 comentario:

Manuel O.P. dijo...

Pues si, y después del lleno absoluto de ayer en el Círculo, también podemos decir que el surrealismo sigue vivo en Tenerife.