domingo, 18 de octubre de 2009

Un país difícil

Eso parece Canarias. Al menos difícil de gobernar.

¿ O tal vez es imposible con las herramientas que nos hemos dado desde el comienzo de la democracia?

¿ O tal vez lo ha sido siempre?

Un amigo dice que Canarias es difícil porque es como una mesa con cuatro patas dobles: izquierda/derecha, islas periféricas/ islas capitalinas,Tenerife/LasPalmas y nacionalistas canarios/nacionalistas españoles. Y que cada vez que una se pone al rojo vivo las demás se polarizan en esa pata hacia un lado u otro y las otras cuestiones bajan de intensidad. Y eso produce un desequilibro en la mesa. Seguramente no he explicado bien su idea, no sé qué opinarán ustedes.

Creo -lo viví- que Canarias es casi imposible de gobernar.Es imposible hacerlo bien. Im-po-si-ble aunque se quiera: por las remoras, por la inercia, por el Tenerife/Las Palmas y por los nacionalistas españoles frente a los nacionalistas canarios. No creo que las diferencias entre Izquierda y Derecha sean tan irreconciliables, y tengo la esperanza de que tampoco lo sean las diferencias entre islas capitalinas e islas periféricas.

También creo que en algo fallamos al darnos el sistema que nos dimos ( electoral, de triple equilibrio, etc ) para que ante una crisis se nos derrumbe así el Estado del Bienestar y lleguemos al 30% de paro.

¿ Qué nos está pasando? No es una pregunta con respuesta simple. Es más, no creo que nadie pueda dar la respuesta correcta, tal vez no existe del todo pero supongo que no por eso debemos dejar de preguntarla. En la calle domina un profundo malestar. En mil conversaciones se entrecruza el enojo por la política económica de Zapatero, la dificultad del Gobierno de Canarias para tener un perfil propio y cohesionado, las disparatadas cifras del paro, la poca solidez de la oposición, el aparente desgobierno de Las Palmas y de Santa Cruz y la incapacidad para entendernos de los partidos estatales. Y todo, lo público al menos, y me da que lo privado también, parece que está bajo sospecha.

Total que los ciudadanos están perplejos. No parecemos que estemos felices, no parece que Canarias esté feliz consigo misma. Tampoco con España ( con nuestro encaje en España ). Y mientras tanto los proyectos políticos se caracterizan por su simplicidad en lugar de entender que esta perplejidad ciudadana requiere algo más.

Creo que lo que hace falta es una política nueva en Canarias, no un partido nuevo en el poder, ni un partido nuevo en la oposición, ni un pacto nuevo, sino una política nueva, una Política con mayúscula, que rompa con las viejas jerarquías, con los viejos poderes establecidos al comienzo de la democracia, que renueve el catálogo de ideas y valores sobre los que sustentarnos como país que quiere ser dueño de su futuro.

Y creo que si la sociedad civil pide esa política nueva los partidos la harán pero mientras no lo pida la sociedad civil no hay mucho que hacer, simplemente seguir dejando que nos arrastre la corriente a ver si llega un momento mejor. Y no creo que sea eso lo que queremos ¿ o nos da igual ?

14 comentarios:

Olga dijo...

ES que esa mesa está pésimamente diseñada.Sin duda debe estarlo por un/a nacionalista porque como corresponde a su ideología solo habla de lo suyo, del nacionalismo. Pues sepa usted señora,que además del nacionalismo insular o nacional habemos mucha gente que no somos ni de uno ni de otro.También hay,aunque usted no lo sepa,españoles no nacionalistas y de izquierdas.Comprendo que para usted eso es muy difícil de entender.Pero mire, se lo aseguro,además de ustedes y solo ustedes que es de lo único que saben hablar como corresponde a su ideario, fuera de ustedes hay mucha más gente con la que a la fuerza no tiene más remedio que contar.¡Que le vamos a hacer! La vida es así de dura...Pero váyase haciendo a la idea y todo será más fácil.

Anónimo dijo...

Yo me pregunto si alguien ha intentado gobernar Canarias desde el sentido común, si alguien se ha planteado gobernar Canarias como un todo y no como una suma de partes, si alguien se ha planteado gobernar sin depender de los caciques locales, sin la dependencia de empresarios o familias que tomaron las riendas al principio...

... ¿acaso a alguien le importa Canarias y lo que aquí se cuece?

Por cierto, ¿existe algún medio donde pueda verse alguna entrevista o charla sobre vos?

Unknown dijo...

Creo, Dulce, que hace falta un dirigente con un par de ...y un partido al que no le preocupe, o le preocupe poco, perder las siguientes elecciones y sí sentar las bases de una Canarias de verdad única y unida. Definir una Capital única, terminar con la sangría económica de la doble administración y lo absurdo del "exquisito equilibrio" interinsular (interinsular quiere decir Tenerife-Gran Canaria, claro). Los que vivimos en una isla periférica y que, además, venimos de fuera, no acabamos de entender por mucho que nos lo han explicado y explicado de mil y una maneras (y en mi caso desde hace casi 25 años, que son los que llevo aquí), no acabamos de entender, digo, por qué cualquier política que se diseña tiene como punto 1 "no molestar al otro" y como punto 2 "la manera de compensarlo". Ni Cáceres ni Badajoz: Mérida. Ni A Coruña ni Pontevedra: Santiago. Ni Gran Canaria ni Tenerife: ?. Lo que sea que ayude a unirnos, no a mantenernos separados.

lluviaen dijo...

LA SOLUCIÓN EXISTE, Y ES ÉSTA
Lo sorprendente de este estado de cosas es que la solución a tanto despropósito político existe, es evidente (cuando se conoce) y tremendamente fácil de poner en marcha. Para ello hay que seguir una receta básica: En primer lugar, saber qué es y en qué consiste la libertad política, comprender lo que es una Democracia formal; en segundo, exigir el derecho a esa libertad siempre, y no admitir para esa libertad ningún sucedáneo, componenda, o subterfugio (como el del “voto útil”, por ejemplo).

La confusión a la que, interesadamente, nos someten los partidos, con sus querellas de cortas miras, es intencionada; y dirigida a evitar que conozcamos y entendamos que la verdad existe; y que no está en venta, que es incorruptible y que es irrenunciable. Podrán los políticos con esa estrategia retrasar la libertad política, pero su advenimiento es inexorable. Porque sus falsedades, sus disimulos y sus espectáculos no pueden evitar el sentimiento ciudadano generalizado de estafa, de mentira y de corrupción; el de frustración política, el de imposibilidad de adscripción a ninguna de las facciones partidarias; el de que la política está en manos de los partidos, que viven de espaldas a la ciudadanía; el de que la opinión pública no existe, sino que se crea, se inventa en centros de análisis, diseño y elaboración de opinión; el de que las ideologías partidarias han sustituido a los ideales.

Y es que, detrás de los criterios para la distribución de la riqueza que presentan las ideologías partidarias (izquierdas y derechas), que nos excitan los ánimos y nos hacen reñir entre españoles, se nos escamotea la verdad: que no gozamos de libertad política porque es imprescindible, para que ésta exista, que las reglas del juego político la permitan. Serán los vencedores de un juego político limpio los que dispongan de la oportunidad, durante un tiempo limitado, para desarrollar su modelo de justicia social. Pero la justicia social, el reparto de la riqueza en sí mismo, no es la Democracia, sino sólo una cortina de humo de (todos) los partidos para que los ciudadanos nunca la imaginemos, la entendamos y podamos exigirla.

La noción clave para que todo ciudadano alcance la libertad política es que conozca y comprenda qué es la Democracia. Existen diferentes formas de juego político. Pero para que el juego político sea una Democracia tiene que cumplir ciertos requisitos formales, o es otra cosa. Para entender el significado de la Democracia, hay que separar el concepto de derechos y libertades de lo que es el mecanismo que permite que la propia Democracia exista. Puede haber libertades y no haber democracia, aunque no al revés. El juego político (limpio) democrático se basa en: 1º. Todos los ciudadanos pueden participar en el juego político en condiciones de igualdad. 2º. El juego se desarrolla en el campo de la sociedad política. 3º. Las decisiones se toman por votación de mayorías y minorías. Y las reglas del juego son: La representación de la Sociedad y la separación e independencia de los Poderes en el Estado.

Todos entendemos que una Dictadura elimina la competencia por el poder, o sea, la libertad política. Pero es más difícil entender en qué falla esta pseudodemocracia española que es la monarquía partitocrática, venida de la mano de la Transición: por miedo a la libertad política, se redujo el juego a una competición entre partidos políticamente correctos (contra el presupuesto 1º); los partidos fueron integrados en el Estado, que los financia (contra el 2º) y las decisiones se tomaron en un consenso (contra el 3º). Por miedo al control de los electores, se adoptó el sistema proporcional de listas. Y por miedo al control de la corrupción, no se separaron e independizaron los poderes del Estado.

lluviaen dijo...

(continuación)La representación del ciudadano en política no es la mera adscripción de ese ciudadano a una ideología de partido. La representación política de la sociedad debe seguir las reglas de cualquier otra representación social o particular: el representante recibe un mandato imperativo del representado, quien, en caso de incumplimiento, puede cesar al representante. Eso, que es evidente si se manda a alguien a realizar cualquier gestión en tu nombre, no lo es en política, si no suceden dos cosas: que se conoce quién es tu representante político concreto (que te debe su cargo, porque le has elegido a él y le pagas con tus impuestos); y que los electores pueden cesarlo cuando lo consideren oportuno, no en las siguientes elecciones, cada cuatro años. El único modo de saber cuál es tu representante político, que sea el de la mayoría de los electores y de poder cesarlo cuando los electores quieran, es su elección en circunscripción unipersonal, a doble vuelta y creando una Comisión de Seguimiento del Diputado. Esto cumple los 3 supuestos y la primera regla.

Según quién sea y el momento en el que se separen los Poderes del Estado, el resultado cambia: Si los separa un solo hombre cuando le viene en gana es una Dictadura; si los separa el Parlamento tras las elecciones legislativas, una Oligarquía de Partidos; si los separa el ciudadano, desde el momento del voto, una Democracia. En efecto, la independencia de Poderes del Estado no se cumple sólo cuando, simplemente, hay tres poderes diferentes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial (también el Estado Franquista los tenía); se cumple cuando cada ciudadano delega su derecho inalienable a legislar y ejecutar directamente las leyes en esos tres poderes de forma separada, independiente, es decir, en elecciones diferentes. Una para el Ejecutivo, otra para el Legislativo y otra para el Judicial. Para que cumpla las tres condiciones y las dos reglas, la elección del Presidente responsable de la formación y control del Poder Ejecutivo se elige en circunscripción única estatal por todos los ciudadanos del Estado en igualdad de voto y a dos vueltas (así, ese Presidente tendrá la máxima representatividad de la sociedad). En una Democracia, es el ciudadano el que separa los poderes del estado, no el Estado mismo, ni el Parlamento, ni los partidos. La sustitución actual de este mecanismo por la elección del Presidente por el Legislativo es una corrupción del sistema político que conlleva, indefectiblemente, la corrupción de los representantes de la ciudadanía.

lluviaen dijo...

(continuacion 2)Lo descrito es el fundamento de la República Constitucional, que es el equivalente sistémico de la Democracia. Pero queda la parte mas ardua : ¿Cómo conseguir que a la ciudadanía se le reconozcan sus derechos políticos? No se debe confiar en que nadie nos regale nada. La partitocracia nos fue otorgada y ha resultado ser una estafa. En 1978 muchos españoles, que optaban por la “ruptura democrática”, fueron engañados por los incipientes partidos de izquierdas y derechas que pactaron la Transición de la Dictadura a la Monarquía Autonómista y Parlamentaria. Polybio diagnosticó la salida de las transiciones: las dictaduras degeneran en oligarquías, y éstas, en democracias.

El único modo de que esta oligarquía pase a ser una Democracia es exigirla. Sólo hay dos maneras: la pasiva y la activa. La pasiva se consigue mediante el rechazo de todo engaño, y la exigencia de que el juego político cumpla las reglas de la Democracia. Si no las cumple, no es Democracia, y así debe denunciarse, y no participar en el juego político, porque no merece la pena hacerlo en un juego trucado. En primer lugar, porque alimentamos el juego fraudulento y retrasamos su mutación en una verdadera democracia; en segundo, porque seremos estafados sin ningún género de dudas, y será un fraude del que seremos responsables.

La vía activa no implica violencia, sino participación en la transformación: organizando la resistencia ciudadana, la rebelión cívica, expandiendo las ideas y formando foros y grupos de opinión que obliguen a que los medios se ocupen de esos movimientos nacientes. El creciente número de programas de televisión y artículos en diarios y revistas desde que el MCRC (y sólo es un movimiento entre muchos) está en marcha, así lo demuestra. No estamos solos. Existe una porción de la sociedad mucho más amplia de lo que cabría pensar —denominada tercio laocrático— que siempre piensa por sí misma, no sigue consignas y es capaz, mediante su potencia, de arrastrar al tercio amorfo tras él. El otro tercio es puramente oportunista, y asume lo que sea con tal de seguir medrando.

olga Martín dijo...

eso, existe una porción de la sociedad mucho más amplia de lo que cabría pensar —denominada tercio laocrático— que siempre piensa por sí misma, no sigue consignas y es capaz, mediante su potencia, de arrastrar al tercio amorfo tras él. El otro tercio es puramente oportunista, y asume lo que sea con tal de seguir medrando.

Pero ¿ dónde estamos? ¿ por qué no nos organizamos mejor?

lluviaen dijo...

Pues querida Olga, tú por lo menos te encuentras en el tercio que se replantea las cosas y piensa por si mismo. Ya es bastante.

En cuanto a organizarnos, en el MCRC llevamos ya tres años organizados, y lo más importante, con una Teoría pura de la democracia y otra de la República para proponerlas como solución política a este régimen putrefacto.

Salud

Anónimo dijo...

Sobre Montserrat Nebrera, ex del PP:
Sin dar pincelada sobre su proyecto, hizo un análisis demoledor de la actividad parlamentaria que, dijo, comparten diputados del PP: "Es un parlamentarismo vacuo de costosísima inutilidad. Nos cuesta un montón de dinero para nada. Los grupos son una correa de transmisión de los partidos". Y acabó: "Las iniciativas están muertas antes del debate".

Anónimo dijo...

Enric González, escritor y periodista:
El sistema español ha creado unos partidos todopoderosos que han impregnado hasta el último rincón de todas las administraciones, incluyendo la de justicia, e insaciables en materia de dinero. Dentro de ellos y en sus alrededores parecen abundar los parásitos. A estas alturas, y después de tantos casos de corrupción, asombra que la reforma del sistema no sea vista como algo absolutamente prioritario. Puestos a opinar, a mí me gusta el sistema inglés: en cada circunscripción gana el diputado con más votos, y asume la responsabilidad de representar a sus electores.

Antonio Jiménez Paz dijo...

Estimado/a Bitdrain:
Yo puedo ofrecerle la oportunidad de conozca una entrevista a Dulce Xerach, puesto que yo mismo fui su autor. Fue publicada el 9 de Febrero de 2009 en el periódico La Opinión de Tenerife, preisamente en la que Dulce (desconozco sus razones) metió la pata afirmando que el Cine Víctor de Santa Cruz de Tenerife estaba declarado como BIC. Su enlace digital es el siguiente: http://www.laopinion.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009020900_8_198904__Culturaycomunicacion-Dulce-Xerach-puedo-hacer-usted-cultura

Antonio Jiménez Paz

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en lo que respecta a que hace falta POLÍTICA, es decir, retomar el sentido de la política que no es otro que "gobernar en beneficio de la sociedad".

Aquí, en Canarias, se confunde totalmente el poder con la fuerza y no con la capacidad de lograr acuerdos y tomar decisiones colectivas.

Me entra la risa al leer que "la política debe ser vista como una de las actividades más nobles del ser humano ya que implica una labor de servicio hacia los demás, viendo a éstos como la generalidad o pueblo". Y no porque no existan auténticos políticos en Canarias, sino porque los pocos que existen han sido condenados al ostracismo al luchar por defender el interés general y no querer anteponer los beneficios del partido al beneficio de la sociedad.

Luis

Anónimo dijo...

Luviaen, muy interesante.
Me gusta. Gracias
b
pd. perdona mi ignorancia, qué es el MCRC?

Julio dijo...

Bien dicho Olga (primer comentario).

Hace meses que no entraba por aquí y veo que el discurso no ha variado un ápice desde entonces.

Dulce, tienes la fijación de dividir a los habitantes de canarias entre nacionalistas canarios y nacionalistas españoles. Supongo que será una deformación propia del ambiente bipolar en el que te mueves. Ustedes, los nacionalistas canarios, que son más canarios que nadie (entiéndase la ironía),
van todo el día de la mano con sus supuestos mayores enemigos ideológicos, los nacionalistas españoles del Partido Popular.

Supongo que dormir con tu enemigo (entiéndase la metáfora) es una situación difícil de digerir y acaba tornando en paranoia.

Te diré, Dulce, que hay personas que pensamos que no hay nacionalismo bueno. Un nacionalismo es una ideología que, por definición, hace gala de establecer diferencias entre las personas. Eso jamás puede ser bueno.